Los taxistas denuncian agresiones a clientes y compañeros por parte de los ‘taxis pirata’

@V.Guerrero/ Los taxistas de la isla denuncian amenazas y agresiones, ya no sólo a compañeros, sino también a clientes, por parte de los taxistas piratas que operan en Ibiza. Aseguran tener constancia de casos en los que los ‘taxis pirata’ cogen a un cliente, «lo llevan a un lugar apartado, le dan una paliza y le quitan todo». Explican el caso concreto de un turista que, tras verse en esa situación, tuvo que recurrir a los servicios de un taxi legal para que le devolviera a su alojamiento «sin cobrar un duro. Se intercambiaron teléfonos y cuando llegó a su casa le pagó por la carrera».

Las agresiones no sólo afectan a los clientes, también han denunciado ante la policía la que sufrió «un compañero de la parada de Bartolomé Roselló, que tuvo una disputa con un pirata de un país del este, éste sacó una navaja y le cortó en la mano, causándole una herida bastante profunda que le seccionó varios tendones».

El problema se agrava en los turnos de noche, cuando trabajan en las inmediaciones de las discotecas que, aseguran, «muchas veces son cómplices, incluso nos obstaculizan el paso para dar preferencia a los ilegales, porque de ahí sacan una comisión».

Peligro en la carretera y falta de control

La situación está llegando a un punto tan tenso, que según relatan los taxistas con licencia, «ya ha habido alguna ocasión en la que, saliendo del aeropuerto, estos señores han tratado de sacarnos de la carretera con su coche, poniendo en peligro ya no sólo nuestras vidas, también las de cualquier otro conductor que circule por la misma vía y que podría verse involucrado en un accidente de tráfico grave».

Lejos de mejorar, las cosas «van cada vez a peor», han señalado, porque al principio del verano «sí se veía más control, al menos la policía hacía algo, pero desde hace unas semanas no vemos ni una sola patrulla en las zonas más conflictivas, como es el caso de Playa d’en Bossa». Los taxistas dicen tener la sensación de que las administraciones se están relajando en la lucha contra el intrusismo «y aquí parece que cada uno puede campar a sus anchas».

Están convencidos de que sería necesario realizar algún tipo de estudio para determinar el dinero que se está defraudando en impuestos, «cobrando en dinero negro y sin pagar nada a las administraciones, cuando a nosotros una licencia nos cuesta un dineral». De tener esas cifras sobre la mesa, concluyen, «se pondrían las pilas y empezarían a trabajar, porque no es ya sólo el dinero que perdemos los taxistas que trabajamos de manera legal, es que están robando a todos los ciudadanos».

Los taxistas aseguran tener miedo cuando salen a la carretera. «Ya estamos dispuestos a aceptar cualquuier medida, que se den más licencias estacionales, que se haga lo que haga falta para acabar con esta práctica, porque va a más y ya parece algo imparable, al menos si no hay voluntad por parte de las administraciones competentes». Son partidarios de que se endurezca la ley y las sanciones porque, aseguran, «al día siguiente están en la calle y vuelven a hacer lo mismo».

Perfectamente organizados

Lo que comenzó siendo un problema puntual, dicen los taxistas, «ahora se ha convertido en una auténtica mafia organizada. La mayoría proceden de países del este o sudamérica, no tienen nada que perder y van a por todas».

Matizan que ya no operan «de uno en uno y sin control», ahora, afirman, «saben perfectamente cómo conseguir evitar todas las medidas de control. Pagan a personas para que alquilen vehículos en su nombre o anulan las tarjetas de crédito en el mismo momento que se les entrega un coche de alquiler. Pagan las multas, que son simbólicas, alquilan un nuevo vehículo y al día siguiente vuelven a estar en la calle».