La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) ha denunciado hoy en un comunicado la «insostenible» situación a la que se enfrentan los profesionales del transporte sanitario de Baleares pertenecientes a la empresa pública GSAIB, «marcada por una carga de trabajo desmesurada, la falta de personal y recursos, y un alarmante incremento de situaciones de violencia verbal y física».
El sindicato alerta de que la «excesiva» carga de trabajo no solo «agota» a los profesionales, sino que también «repercute directamente» en la atención al paciente, «generando largas esperas». Esta demora, denuncia UGT, es a menudo «el detonante de que los trabajadores sufran insultos, amenazas e incluso agresiones físicas por parte de usuarios, frustrados por la tardanza».
A esta presión, «se suma la obligación de realizar funciones que no les competen, como las de celador en centros hospitalarios durante el servicio de transporte no urgente. Andreu Vicens, delegado de UGT en GSAIB, critica duramente lo que considera un «intrusismo forzado» y señala la «inoperancia» tanto de GSAIB como del IBSALUT para subsanar «esta irregularidad, que sobrecarga aún más al personal».
Los trabajadores demandan, entre otras medidas, el establecimiento de puntos de encuentro claros en los hospitales para optimizar la coordinación y evitar estas situaciones anómalas que, en ocasiones, terminan en conflicto con el personal de los centros hospitalarios, según relatan en la nota de prensa.
La falta de recursos se «agudiza especialmente» durante los turnos nocturnos. En el transporte no urgente, durante la noche, «solo hay dos ambulancias para cubrir toda la isla de Mallorca, una en Ibiza y una en Menorca. Estas unidades pueden llegar a recorrer hasta 450 km durante la noche, y la escasez de medios provoca que los pacientes deban esperar durante horas para ser atendidos o trasladados».
La «falta» de personal en el transporte no urgente es otro de los ejes de la denuncia. Según UGT, «muchos servicios se demoran o no pueden prestarse adecuadamente por la falta de ambulancias operativas con los dos técnicos requeridos, una situación que pone en grave riesgo la seguridad del paciente». Además, alertan de que muchas guardias quedan sin cubrir por falta de personal, lo que deja recursos «inoperativos».
Vicente Nadal, delegado de UGT y Técnico en Emergencias Sanitarias en Ibiza y Formentera, pone especial énfasis en la situación de los trabajadores del transporte sanitario urgente. En este ámbito, se reportan casos de profesionales que no pueden parar para comer o que se ven obligados a hacerlo a horas tan tardías como las 17:00 h o 18:00 horas, «lo que evidencia la presión y la sobrecarga laboral» a las que están sometidos debido a la falta de vehículos y profesionales. Esta situación, advierten, se complica aún más con la llegada del verano por el incremento de la población.
Finalmente, el sindicato manifiesta su profunda preocupación por los planes de clasificación profesional, pues teme «que se intente asignar categorías que no se correspondan con la titulación requerida para su actividad». Francisco Muñoz, secretario del comité intercentros de UGT, advierte de que esta situación «no solo precarizaría las condiciones laborales, sino que también podría mermar significativamente la calidad del servicio ofrecido a la ciudadanía».
«Nos encontramos, por un lado, con trabajadores de las bolsas que renuncian a la adjudicación de un contrato porque GSAIB se niega a reconocerles la categoría de Técnico en Emergencias Sanitarias. Por otro lado, en Ibiza y Formentera, la falta de profesionales se agudiza porque no se les reconoce la titulación; se les asigna una categoría que les impide percibir el complemento de difícil cobertura y, en consecuencia, no les queda más remedio que abandonar las Pitiusas», subraya Muñoz.
Por su parte, Javier Marin, responsable del transporte Sanitario de UGT, denuncia “la situación tercermundista que viven los trabajadores en algunas zonas, donde su centro de trabajo es un simple módulo barracón portátil de una obra cualquiera, no disponiendo ni siquiera de lo básico, como podría ser unos baños o vestuarios, así como zona de descanso para el personal de guardia, «como por ejemplo, en Ciutadella y Manacor, entre otros puntos».
Marín exige a las administraciones competentes, IBSALUT y GSAIB, «que tomen medidas urgentes y efectivas para revertir esta grave situación, garantizando la dotación de personal y recursos necesarios, el respeto de los derechos laborales, el reconocimiento de la titulación del Técnico en Emergencias Sanitarias y la seguridad tanto de los trabajadores como de los pacientes».