El problema de acceso a una vivienda en Baleares, lejos de arreglarse, se está acentuando con unas cifras escalofriantes. El acceso a la vivienda sigue siendo una de las principales preocupaciones en España, pero en Baleares es ya un drama social. Y lo demuestran datos como los que contiene el último estudio del portal pisos.com, que revela que un balea debe ahorrar durante 25 años para poder pagar la entrada de una vivienda media. Esto sitúa a Balears a la cabeza de este triste ranking (bajo estas líneas). Estos datos se extraen comparando el precio medio de una vivienda de 90 metros cuadrados y el salario bruto anual de la población.

Con alquileres en continuo ascenso, cada vez son más los ciudadanos y ciudadanas que intentan comprar una vivienda pero las condiciones económicas y salariales convierten este objetivo en una misión imposible para muchos.
La media nacional apunta a que se necesitan 12 años de ahorro para cubrir el 30% del valor de una vivienda —requisito habitual para obtener una hipoteca, que incluye el 20% de entrada y un 10% adicional para gastos como impuestos y notaría—. Pero esta cifra se dispara en función del territorio. Baleares encabeza el listado con diferencia: con un precio medio de 451.190 euros por una vivienda de 90 m² y un salario bruto medio de 2.254,93 €, una persona necesitaría 25 años ahorrando el 20% de su sueldo para alcanzar la entrada. Le siguen Madrid (18 años), Canarias y País Vasco (14 años), y Cataluña (13 años).
En el lado opuesto, comunidades como Extremadura y Castilla-La Mancha permiten reunir lo necesario en tan solo 5 años, gracias a precios mucho más bajos (81.697 € y 88.271 €, respectivamente)
La situación es mucho más dura para la gente joven. Con un ingreso medio anual de 20.397 euros brutos (unos 1.700 € mensuales), necesitarían 16 años para pagar la entrada de una vivienda media en España. En Baleares, ese esfuerzo se eleva hasta los 33 años, y en Madrid, hasta los 25.
Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, alerta: «la precariedad laboral, el encarecimiento de la vivienda y la falta de políticas eficaces están impidiendo que los jóvenes puedan emanciparse», lo que mantiene a España entre los países con menor tasa de independencia juvenil de Europa.