Pese a los rumores y las afirmaciones de algunos periodistas, como las de Víctor Navarro en la cadena COPE, que apuntaban a Ibiza como el escenario elegido para festejar su 18º cumpleaños, Lamine Yamal prefirió quedarse en casa. Tal y como ha publicado Mundo Deportivo, el joven talento del Barça celebró este domingo su mayoría de edad con dos eventos muy distintos en la comarca catalana del Garraf.
Lejos de la isla pitiusa —donde se había especulado que tendría lugar una exclusiva celebración—, el extremo culé optó por la discreción en una jornada dividida en dos actos: una comida familiar y una fiesta privada con casi 200 invitados.
El primer encuentro fue un almuerzo íntimo en el restaurante La Cúpula del Garraf, un local de confianza para Lamine y su entorno. Allí, el jugador compartió mesa con su núcleo más cercano: padres, abuela y una veintena de allegados. No era la primera vez que celebraba allí su cumpleaños, algo que se ha convertido casi en tradición.
Pero el momento más esperado llegaría por la noche. En una finca privada de Olivella, también en la zona del Garraf, Lamine reunió a cerca de 200 personas en una fiesta marcada por la música en directo, la seguridad y el secretismo. La organización decidió retrasar el inicio una hora —de las 20:00 a las 21:00— por motivos meteorológicos, siguiendo recomendaciones de Protecció Civil.
Los teléfonos móviles estaban prohibidos y no faltaron medidas de seguridad reforzadas. Incluso se rumorea que habría habido presencia de personal del FC Barcelona para asegurar la privacidad total del evento, señala el diario deportivo barcelonés.
Entre los asistentes figuraban compañeros del Barça como Pau Cubarsí, Raphinha, Robert Lewandowski, Marc Casadó o Pau Víctor, además de jóvenes de la selección española y otros jugadores de distintos equipos. También se dejaron ver influencers como los hermanos Buyer y artistas del panorama internacional.
En el escenario: Quevedo, Ozuna y Bad Gyal, encargados de poner ritmo a una fiesta por todo lo alto.
Así, Ibiza se quedó con las ganas y el Garraf volvió a convertirse en el lugar elegido por una de las estrellas con más proyección del fútbol mundial.