Entre las muchas medidas que está tomando el Consistorio de Ibiza para mejorar la playa de Talamanca está la de haber recuperado el tramo de playa junto al hotel Argos donde a menudo fondeaban embarcaciones. Unas boyas nuevas y cuerdas, recién instaladas, delimitan el canal de entrada. Además, el Ayuntamiento de Ibiza, en colaboración con la Policía Local, ejecutó el lunes una operación que culminó con la retirada de ocho barcos, ocho muertos de fondeo y varias boyas en la zona frente al hotel Argos.
Sin embargo, apenas unas horas después de completarse los trabajos, un vecino grabó cómo al menos un dinghy (embarcación auxiliar) procedente de un gran yate de lujo atravesaba sin miramientos las nuevas barreras flotantes colocadas por la Policía Local. En las imágenes, a las que ha tenido acceso este diario, se observa a la barca ya atracada en el muelle y saliendo.
Para llegar hasta allí la barca pasó por el canal de entrada habilitado, pero cuando llegó al al final de este, cruzó por encima de la cuerda de delimitación, desembarcó y recogió pasajeros en la orilla, para posteriormente salir de la playa por el mismo punto moviendo el cordón recién instalado. Según el testigo, la embarcación incluso transportaba bolsas de basura que fueron arrojadas fuera del horario permitido.
“La mayoría de las barquitas que ven el canal estrecho y las boyas dan la vuelta, pero estos han pasado como si nada, como diciendo: a mí no me pones una barrera ni de coña. Lo siguiente será que la corten”, relata el vecino.
El Consistorio intensificó desde el pasado verano las actuaciones contra el fondeo ilegal y el intrusismo náutico, con operativos junto a la Guardia Civil, el GEAS y la Conselleria de Medio Ambiente. Entre las acciones desarrolladas se incluyen sanciones a embarcaciones que fondeaban sobre praderas de posidonia oceánica —especie protegida esencial para el ecosistema marino— y la retirada de cerca de cuatro toneladas de residuos del fondo marino en zonas como Talamanca y Sa Punta.
Vecinos y bañistas valoran positivamente la “recuperación” de la playa —con alrededor de 10 metros adicionales de arena en algunos puntos y un canal mucho más estrecho—, pero reclaman un control constante para que las nuevas medidas no queden en papel mojado. “El pressing funciona, pero si no hay vigilancia, siempre habrá quien se lo salte”, concluye el testigo.