En el corazón del Ibiza Gran Hotel, el restaurante La Gaia, galardonado con una estrella MICHELIN, sigue consolidándose como uno de los templos gastronómicos más prestigiosos de la isla. Y lo hace no solo por su técnica impecable o su propuesta de autor, sino por un proceso creativo que reivindica el tiempo, la intuición y el respeto por el origen.
La reciente renovación del espacio ha incluido un laboratorio de I+D gastronómico, diseñado para trabajar sin prisas, profundizar en cada concepto y reinterpretar el territorio, el producto y el sabor desde una visión contemporánea y libre de ataduras. Cada plato nace así de una fusión entre la memoria y la apertura al asombro, combinando excelencia técnica con una sensibilidad única.
“La cocina con estrella MICHELIN no solo es un lugar de precisión, también es un espacio donde se crea sin límites”, afirman desde el restaurante. La Gaia entiende la cocina como un ejercicio de profundidad y libertad creativa, que va más allá de la técnica para ofrecer una experiencia sensorial completa.
En ese universo de armonía y detalle, el vino ocupa un lugar esencial. Al frente de la bodega se encuentra Andrea Galatini, quien tras dos temporadas como asistente de sumiller en La Gaia, lidera ahora una selección de más de 300 referencias internacionales.

Discreto, experto y observador, Galatini no se limita a recomendar vinos: interpreta la propuesta del chef, escucha a cada comensal y encuentra el maridaje perfecto, copa a copa. Su labor encarna la filosofía del restaurante, donde cada gesto forma parte de una coreografía invisible que convierte la cena en una experiencia irrepetible.
Donde todo empieza: la preparación
Antes de que se sirva el primer plato, hay un momento clave: la preparación. Cada jornada comienza con reuniones de equipo, donde se comparte la información, se alinean expectativas y se pone en común todo lo necesario para ofrecer un servicio impecable. Porque en La Gaia, el servicio no es lo que viene después del plato: es donde todo comienza.
Con esta nueva etapa, La Gaia reafirma su lugar en la élite culinaria de Ibiza, apostando por la excelencia no como una meta, sino como una forma de habitar el tiempo y el territorio a través de la gastronomía.