El artista Albert Porta (Barcelona, 1946), conocido internacionalmente como Zush y en su última etapa como Evru, ha muerto a los 79 años. Autodidacta, provocador y visionario, Porta construyó un lenguaje artístico propio que desafió todas las etiquetas, y que tuvo uno de sus epicentros vitales y creativos en Ibiza y Formentera.
Fue precisamente en Ibiza donde, a finales de los años sesenta, inició una etapa clave en su carrera, animado por el pintor Erwin Bechtold. Ibiza se convirtió entonces en un crisol de influencias culturales y artísticas que alimentaron el imaginario de Zush. Allí conoció al galerista Ivan Spence, con quien colaboró durante años, y trabó amistad con creadores europeos como Felix Waske, Jean Willi o Horst Haack.
En Ibiza también formó familia con Kate Spence, con quien tuvo a sus dos hijos, Aldous y Kaisu. Esa etapa, que se prolongó durante toda la década de los setenta, dio lugar a algunas de sus exposiciones más relevantes y sentó las bases de su proyecto vital y artístico más radical: la construcción del Evrugo Mental State, un “país mental” con bandera, moneda, himno y lenguaje propio.
La isla fue para Porta un territorio de libertad y experimentación que marcó toda su obra posterior. Sus vínculos con la comunidad artística de Ibiza y Formentera perduraron en el tiempo, incluso después de trasladarse a Nueva York, Berlín o Barcelona, donde residió en sus últimos años.
El Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE) no solo atesora su obra sino que su directora, Elena Ruiz Sastre, se ha preocupado de tener muy vivo su legado y su memoria a través de exposiciones temporales y otras actividades.
Con su muerte desaparece uno de los creadores más singulares de la segunda mitad del siglo XX, un artista que convirtió Ibiza en parte inseparable de su biografía y de su imaginario. Un artista irrepetible con una obra influyente y única.