El Centre Cultural de Jesús se llenó ayer para acoger la presentación de Puerto Oscuro (Plaza & Janés), la tercera novela del escritor ibicenco Toni Montserrat. Con sus 250 butacas ocupadas y alguna que otra persona de pie, el acto se convirtió en todo un acontecimiento cultural y social en la isla, arropado por la presencia de la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, y el concejal de Deportes y Fiestas, Toni Ramon. El ambiente fue una mezcla entre conferencia histórica, encuentro literario y celebración colectiva del éxito de un autor que, en apenas tres años, ha consolidado una sólida trayectoria en el panorama de la novela negra histórica.
La presentación estuvo conducida por María José Amengual, con la participación de Maria des Pou (Maria Cardona), quien asumió la difícil tarea de contextualizar la novela sin desvelar sus giros argumentales. Cardona reconocía al final del acto y entre risas lo complicado que le resultó hablar de Puerto Oscuro “sin hacer spoilers”, pero lo resolvió con una exposición brillante, que combinó divulgación histórica, análisis literario y guiños al público.
“Estamos ante una novela más negra y con más mar”, resumió Maria des Pou al comparar esta tercera entrega con los dos títulos previos de la saga. Negra en el sentido literario —al retratar los pliegues más oscuros de la sociedad decimonónica—, pero también porque aparecen personajes que dan voz a un pasado silenciado: el esclavismo y la trata de seres humanos. Y con más mar, porque la narración supera el Mediterráneo, atraviesa el Atlántico y expone al lector a la dureza de los viajes en el siglo XIX.

La historia, ambientada en Menorca en 1866, pero con ramificaciones que llegan hasta Madrid, Estados Unidos y la isla africana de Corisco, arranca con un prólogo inquietante que evoca a Pierre Lemaitre, destacó Maria des Pou. Entre los escenarios que recrea Montserrat, cobran protagonismo el puerto de Maó o el hospital militar de la Isla del Rey, espacios que el autor reconstruye con minuciosidad documental. “Tres novelas en tan poco tiempo son fruto de mucho trabajo y dedicación”, destacó Cardona, quien no dudó en subrayar que el escritor “ha madurado como narrador y ha dado un salto cualitativo en Puerto Oscuro”.
La presentación derivó por momentos en una clase magistral sobre la historia de Menorca en el siglo XVIII y XIX, la presencia británica y francesa en la isla o la vida en el puerto de Maó, “un enclave internacional donde coincidían marineros de todo el mundo y que fue clave en la historia naval y comercial europea”.
Toni Montserrat: “Los personajes tienen que evolucionar”
A preguntas de Amengual, Toni Montserrat desgranó el proceso de documentación de la novela —“he consultado medio centenar de periódicos menorquines de 1866”— y explicó cómo convierte hallazgos aparentemente menores en elementos literarios. Un ejemplo: la presencia real en la prensa local de un dentista llamado Julián Ticoulat, que publicitaba que había llegado a la isla «con un gran surtido de dientes y dentaduras enteras» y que acabó colándose en la novela como un personaje secundario.

El autor también defendió la necesidad de que sus protagonistas crezcan con cada entrega: “Si los personajes no evolucionan, el lector no vive con ellos ninguna aventura. En Puerto Oscuro, tanto Guasch como Riera se enfrentan a dilemas personales que les transforman”.
Preguntado por sus referentes literarios, Montserrat citó a Jo Nesbø, Santiago Díaz, Lorenzo Silva y Eduardo Mendoza, sin olvidar que fue la lectura de una noticia sobre un crimen en Sant Jordi la que le impulsó a escribir Isla Negra, su primera novela.
Del Mediterráneo al Atlántico
La velada permitió vislumbrar la ambición de Puerto Oscuro, que trasciende la recreación local para adentrarse en conflictos globales. Desde la revuelta del cuartel de San Gil en Madrid hasta los ecos de la Guerra de Secesión estadounidense y la lacra del esclavismo en África, la novela entreteje una trama que es a la vez policiaca e histórica, con la amistad, la lealtad y las relaciones entre padres e hijos como telón de fondo.
“Hay pasajes duros, con escenas de dolor y maltrato que no son producto de la imaginación, sino que reflejan prácticas reales del siglo XIX”, advirtió Maria des Pou, quien no dejó de señalar los paralelismos con dramas actuales: “La vergüenza que nos produce leer sobre el esclavismo se repite cuando miramos a Gaza o a cualquier conflicto donde la vida humana se desprecia”. Estas palabras despertaron aplausos espontáneos (aunque no unánimes) en el auditorio.
Un escritor ya consolidado
Montserrat, que debutó en 2023 con Isla Negra y repitió éxito en 2024 con Mala mar, se reafirma con Puerto Oscuro como una de las voces más sólidas de la narrativa balear. La expectación fue tal que, tras el acto, el escritor firmó ejemplares hasta casi dislocarse la muñeca ante un público entregado, ya convertido en una comunidad fiel de seguidores.
Maria des Pou bromeó con futuros escenarios para su saga: “Es Vedrà, la illa de ses Rates, Ses Bledes”, aunque Montserrat confesó tener en mente una novela sobre la construcción de las murallas de Ibiza y otra en Formentera, que considera inevitable: “Si no, me declaran persona non grata”.
Lo que quedó claro en Jesús es que Toni Montserrat ya no es una promesa, sino un autor en plena madurez creativa, capaz de llenar auditorios y de transformar la memoria histórica del Mediterráneo en tramas vibrantes de novela negra.





