A principios del mes de septiembre, Ibiza entró oficialmente en situación de sequía tras caer sus reservas hídricas al 27 por cierto. El sector agrícola exigía medidas contundentes mientras los ayuntamientos iban tomando decisiones ante la incertidumbre. Los problemas de base siguen existiendo, como el deficiente funcionamiento de la depuradora y de las canalizaciones, así como el uso inadecuado del agua de pozo, pero lo cierto es que, en lo que se refiere a precipitaciones, en solo unos días la situación ha cambiado diametralmente hasta el punto de que se ha sobrepasado —y mucho— la media de lluvias del otoño isleño.
En lo que va de estación los datos de lluvia recogida en el aeropuerto de Ibiza (que es la estación de referencia para estas mediciones para la Agencia Estatal de Meteorología) ha registrado precipitaciones acumuladas que en algunos momentos triplicaron e incluso septuplicaron la media histórica de lluvias para ese periodo (septiembre-noviembre).
Los episodios extremos provocados por la borrasca Ex Gabrielle y la DANA Alice han desbordado cauces, cortado carreteras y dañado infraestructuras, hasta el punto de que tres municipios de la isla (Ibiza, Sant Josep y Santa Eulària) han solicitado la declaración de zona catastrófica, pero también han traído a la isla un agua muy necesaria que ayudará a recuperar reservas hídricas. Vecinos de zonas rurales reportan a Noudiari que pozos y cisternas vuelven a tener agua, mientras que el cauce de los torrentes está alimentando los maltrechos acuíferos, en su mayoría sobreexplotados y salinizados por esta misma causa (la explotación descontrolada provoca intrusión de agua de mar).
Los datos oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) muestran en una estadística las barras de precipitación acumulada. Se puede observar claramente que superan con creces los valores “normales” para este tramo del año. En particular, en torno a este lunes 13 de octubre, el registro superaba los 350 mm, contrastando con una mediana histórica cercana a los 50-70 mm.

El primer gran episodio fue la borrasca Ex Gabrielle el pasado 30 de septiembre: en apenas 24 horas se recogieron hasta 254 litros por metro cuadrado en zonas de Ibiza — la cifra más alta registrada en la isla desde de 1952.
Las consecuencias fueron devastadoras, con negocios anegados, bajos inundados con coches con agua hasta el techo, carreteras cortadas, casas afectadas, interrupciones en servicios públicos y múltiples actuaciones de urgencia.
Solo unos días después, la DANA Alice desembarcó con lluvias persistentes y localmente torrenciales. En Ibiza y Formentera se activaron alertas naranjas con acumulados de más de 100 litros por metro cuadrado en pocas horas. El aeropuerto sufrió afectaciones, la carretera de acceso quedó, de nuevo, cortada, y emergencias contabilizaron más de 160 incidentes en las islas.
Pese a la intensidad de los episodios meteorológicos, no ha habido que lamentar víctimas mortales por la DANA Alice en los territorios afectados, aunque sí heridos y muchos daños materiales.