Las intensas lluvias registradas en Ibiza durante los últimos días han dejado imágenes de contrastes: calles anegadas y sótanos inundados en las zonas urbanas, pero también campos reverdeciendo y acuíferos que comienzan a recuperarse tras meses de sequía.
El presidente de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, Toni Tur, que hace solo unos días alertaba del estado «crítico» del sector, ha celebrado los efectos positivos de las precipitaciones para el campo pitiuso. “Hacía falta una lluvia excepcional y ha sido lo que hemos tenido”, afirma. Explica que no ha habido afectaciones graves en los cultivos: los de verano “ya estaban casi liquidados” y no hay incidencias importantes en los cultivos de invierno.
“Ha sido un agua muy buena para todo: para preparar la campaña de cereal, para recuperar acuíferos, que seguramente irán subiendo poco a poco… En general estamos todos muy contentos”, explica Tur. Añade que las incidencias registradas —“alguna pared caída o alguna escorrentía”— son “lo normal en cualquier lluvia fuerte” y subraya la sensación de optimismo generalizada entre los agricultores: “Estamos bastante ilusionados con la campaña. A ver si sigue así el invierno y nos recuperamos de cara al año que viene, porque esta era la única manera de hacerlo: con unas lluvias potentes”.
Desde Amics de la Terra Ibiza también destacan el lado positivo del temporal. Aunque recuerdan que “el agua caída sobre el cemento y el asfalto no ha tenido más opción que estancarse, desbordarse o correr”, provocando inundaciones en calles, comercios y túneles, subrayan que en el campo la historia ha sido muy distinta.
“La tierra ha podido beber esta agua”, señalan desde la organización ecologista, que celebra que los los torrentes vuelven a correr y los acuíferos comienzan a alimentarse de nuevo. “El campo ha salido ganando: el romero ha recuperado su verdor, las flores de otoño se han abierto, los brotes de hierba reverdecen los campos, y pozos y cisternas vuelven a tener agua”, añaden.
Amics de la Terra recuerda, además, que estas lluvias benefician la biodiversidad, ayudan a la supervivencia de numerosas especies y ofrecen un impulso a la agricultura local. “El campo agradece esta agua que sana del tormento que es la sequía”, concluyen, animando a aprovechar el momento para sembrar guisantes, lechugas o acelgas.