A partir de los 28 grados la posidonia sufre y si el agua permanece durante más de dos semanas por encima de esta temperatura, la planta empieza a morir. En verano de 2024 el agua en las costas de Ibiza no estuvo por encima de los 28 grados durante dos semanas, pero casi. Fue durante 11 días consecutivos, entre el 4 y el 14 de agosto, ambos inclusive. La temperatura máxima que se alcanzó fueron los 30 grados el día 24 de agosto a las 20 y a las 22 horas.
Es uno de los muchos datos que aparecen en el informe que ha presentado este miércoles el Observatorio de Sosteniblidad de Ibiza Preservation, en el que se realiza un exhaustivo análisis de las diversas variantes económicas, sociales y ambientales de la isla.
Según estos datos, obtenidos gracias a unos sensores del GEN-GOB que registran las temperaturas en las aguas del litoral de la isla, el verano de 2023 fue todavía peor, ya que la temperatura media diaria del agua superó los 28 grados durante 40 días. Aunque, en este caso, no hubo muchos días consecutivos con el mar sobrecalentado, sino que se repartió entre dos periodos en julio (del 10 al 15 y del 17 al 24) y dos en agosto (del 27 de julio al 4 de agosto y del 12 al 27 de agosto).
No son los únicos datos preocupantes respecto al cambio climático de los que se hace eco este informe. Así, los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) confirman una tendencia sostenida al alza en las temperaturas medias en la isla de Ibiza. Los registros indican que la temperatura media ha aumentado 1,26 grados en los últimos setenta años y 0,36 grados en los últimos veinte. Este incremento afecta tanto a las temperaturas mínimas como a las máximas, si bien estas últimas muestran un ritmo de aumento más acelerado.
Según se afirma en este informe, “a largo plazo, se estima que las temperaturas medias máximas crezcan a un ritmo aproximado de 2,5 grados por siglo, mientras que las mínimas medias lo hagan a razón de 1,1 ºC por siglo. Esto sugiere un escenario en el que, salvo medidas significativas, los periodos cálidos serán cada vez más frecuentes e intensos, incluso si ocasionalmente se registran años puntualmente más frescos”.

Respecto a las lluvias, con la excepción de algunos años anómalamente húmedos, la tendencia de fondo que se mantiene durante es la del descenso continuado de precipitaciones. En los últimos 70 años, la media anual de lluvias ha bajado en 78 mm, y en los últimos veinte años, el descenso ha sido de 22 mm. “La información recopilada desde 1955 por AEMET muestra una clara tendencia descendente en las precipitaciones acumuladas anuales en la isla de Ibiza”, constata el informe. Los datos son tozudos: la década comprendida entre 2015 y 2024 ha sido la más seca desde al menos 1975.
“Estos datos confirman una evolución hacia un escenario climático más árido, con posibles implicaciones en los ecosistemas, la disponibilidad de recursos hídricos y la gestión ambiental de la isla”, concluye el Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza Preservation.






