Vídeos en redes sociales, pancartas, carteles por todas partes y comunicados de prensa. Todo es poco para visibilizar y dar a conocer la movilización de autónomos y autónomas que se está organizando en Ibiza para este domingo 30 de noviembre a las 11.00 horas en el Parque de la Paz y que terminará en Vara de Rey con la lectura del manifiesto.
En la isla, la convocatoria tiene tres nombres propios: Bárbara Hermosilla, Aisha Bonet y Alicia Reina. Las tres han conseguido que el mensaje corra como la pólvora gracias a un vídeo coral protagonizado por trabajadores de distintos sectores que ya supera las 280.000 visualizaciones y que ha situado a Ibiza en el mapa estatal de la protesta.
Aisha Bonet explica que la iniciativa surgió casi por necesidad. Ella quería manifestarse, cuando comprobó que Ibiza no figuraba entre las ciudades que participarían en la movilización. Por ello contactó con los organizadores de Mallorca, quienes le confirmaron que nadie había dado el paso. “No podía ser que aquí no se moviera nada”, recuerda. Buscó apoyo y, en cuestión muy poco tiempo, Hermosilla y Reina se sumaron para coordinar la marcha en la isla. Con pocos recursos, la colaboración desinteresada de empresas locales y con una enorme determinación, comenzaron a difundir el llamamiento en redes y a organizar la logística de un evento, pese a las dudas por lo complicado que resulta movilizar a la gente en Ibiza.
La protesta forma parte de una convocatoria nacional impulsada por la Plataforma por la Dignidad de los Autónomos, un movimiento ciudadano independiente y no vinculado a partidos políticos.
En Ibiza, sin embargo, las reivindicaciones son, si cabe, más necesarias. «Aquí -denuncia Aisha Bonet- ser autónomo es todavía más complicado que en el resto del país. La carestía de la vida multiplica los gastos; los alquileres, tanto de viviendas como de locales, alcanzan cifras inaccesibles para muchos proyectos; y la estacionalidad del trabajo deja a muchos profesionales sin ingresos durante los meses de invierno».
A ello se suma la ausencia de un sistema de protección social equiparable al de los asalariados: «las bajas médicas implican pérdidas inmediatas y la maternidad supone un quebranto económico que muchas no pueden asumir».
La organización de la manifestación ha sido completamente autogestionada. Las tres coordinadoras han puesto incluso dinero de su bolsillo para cubrir lo básico mientras que algunas imprentas ibicencas han colaborado donando carteles, mientras abogados de la isla se han ofrecido para garantizar la legalidad de la convocatoria y también les han cedido megafonía.
Para el domingo han propuesto un símbolo visual que unifique a quienes participen: vestir de negro “en señal de luto por el autónomo” y llevar guantes rojos como gesto de hartazgo y llamada de atención respecto a la sangría de cuotas e impuestos, además de la gran cantidad de horas de trabajo. También repartirán pancartas entre los asistentes, aunque animan a cada persona a traer la suya.
Las reivindicaciones, similares a las planteadas en el resto de España, en Ibiza toman un peso aún mayor: Las convocantes reclaman cuotas ajustadas a la realidad, una rebaja significativa de la carga fiscal, protección social digna, medidas que apoyen al pequeño comercio y una administración más ágil que no hunda a los emprendedores en trámites interminables. Muchos autónomos insisten en que, mientras los precios suben sin control, su margen de supervivencia se reduce dramáticamente.
Con todo, las organizadoras reconocen cierta incertidumbre sobre el nivel de participación. “Ibiza es un lugar complicado para estas cosas”, admite Aisha Bonet, aunque reconoce que el apoyo recibido hasta ahora es mayor del esperado. La convocatoria está abierta no solo a autónomos, sino a familias, trabajadores, estudiantes y cualquier persona que desee apoyar al tejido económico local. “Los comercios de barrio se vacían, las oportunidades se encogen y emprender en Ibiza se ha convertido casi en un acto heroico”, destacan desde la plataforma.
Aunque la manifestación del domingo es el primer gran paso, el movimiento no acabará ahí. Las organizadoras reconocen que este podría ser el inicio de algo más, porque son conscientes de que un solo día de protesta no bastará para provocar todos los cambios necesarios, pero sí puede servir para unir fuerzas, visibilizar la problemática y preparar futuras acciones. “Esto es el principio”, insiste Aisha Bonet, que avanza que habrá medidas más drásticas si no hay avances.
El domingo, Ibiza «tendrá la oportunidad de mostrar su apoyo a un colectivo imprescindible que sostiene comercios, talleres, servicios, proyectos culturales, estudios creativos, actividades de bienestar y buena parte de la economía estacional que define la vida ibicenca», destacan desde la organización.






