Precaución y controles. Después de llevar tres décadas erradicada en España, la peste porcina africana ha regresado, esta vez con un brote que se ha producido en la provincia de Barcelona y que ha hecho saltar todas las alarmas y activar los protocolos de prevención.
De momento, según asegura el Consell de Eivissa, la peste no ha entrado en la isla, y las precauciones y controles son máximos: “Hace 31 años que la peste porcina no está en España, pero los servicios veterinarios seguimos haciendo formación para prevenir una posible llegada, porque es una enfermedad que se contagia fácil”, explica Joan Riera, veterinario del Consell de Eivissa.
Explica Riera que el primer brote de peste se detectó en Barcelona el 28 de noviembre, y que desde entonces no ha entrado ningún cerdo en Ibiza. Explica que la mayoría de cerdos que se usan en las fincas particulares para realizar la matanza son de origen catalán, pero que estos ejemplares entraron en la isla mucho antes de la aparición de la peste: “Los cerdos que tenemos en la isla son adultos que ya están para sacrificar porque es época de matanzas. La infección tiene un periodo de incubación muy corto y el primer caso se detectó el 28 de noviembre”. Por tanto, la certeza de que todos los cerdos de la isla están ‘limpios’ es total.
“Cada entrada de animales en la isla va acompañado de un documento que es la guía sanitaria del traslado. En esta guía te informan de la explotación de origen, y esto nos permite saber de dónde proviene y a qué distancia está del foco de infección”, explica el veterinario del Consell: “Ahora, Cataluña tiene todas las cabezas de porcino inmovilizadas”.
Un maldito bocadillo
Pero el peligro no es solo que entren cerdos infectados de la península, sino que entre carne o embutidos infectados de países del centro o el este de Europa por donde se ha extendido la enfermedad. Y no son pocos: Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, República Checa, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, Grecia, Alemania, Italia, Croacia y Suecia.
En estos casos, el peligro tampoco está en los productos o embutidos que se puedan encontrar en las tiendas de comestibles típicos del este de Europa -en Ibiza hay un buen número de tiendas para los vecinos de origen rumano-, ya que todos los productos que se comercializan pasan rigurosos controles de seguridad. El riesgo está en el caso de que alguien, procedente de estos países, introduzca a la isla carne procedente de una matanza casera con la carne infectada.

Es el caso del rocambolesco caso de la introducción de la peste porcina en España. Alguien introdujo de manera ilegal carne infectada procedente de una matanza hecha en casa y sin control sanitario. Una vez en España, se hizo un bocadillo con esta carne, no se lo acabó y dejó los restos en una papelera. Un jabalí se comió lo que había en la papelera y se infectó.
“Sí, parece increíble que todo esto haya empezado por un bocadillo pero es así. El bocadillo ese quedó cerca de una estación de servicio y los jabalís se comieron los restos”, señala Riera. La sobrepoblación de jabalís en Cataluña, que incluso llegan a merodear las zonas urbanas y asaltan contenedores de basuras y papeleras en busca de comida, es lo que ha facilitado la propagación de la enfermedad.
Con todos los sistemas de prevención en marcha para evitar la entrada de animales y de carne infectada, el veterinario del Consell recuerda que la peste porcina no se transmite a humanos y que, en cualquier caso, la carne de cerdo que podemos encontrar en el mercado tiene todas las garantías sanitarias.
“Quienes hayan hecho matanzas y tengan la sobrasada preparada, aunque sea muy reciente, que no se preocupen, es buena. Todas las sobrasadas son buenas y seguras, así como toda la carne que hay en las carnicerías y los embutidos”, insiste.






