“No encontrarás a nadie que te hable mal de él”, me comenta Artur Parron, ex coordinador de Esquerra Unida en Eivissa y Formentera. Y, en efecto, es imposible que Pere Ribas Planells le cayera mal a nadie. Jovial, extrovertido, sencillo, vital, Ribas era de esas personas que se hacían querer. “Era el mejor”, comenta Óscar Rodríguez, el actual coordinador de EU: “Era un tío fabuloso, amigo de todo el mundo”.
Ribas nació en 1948 en Sant Jordi, y ser ‘jordier’ fue uno de sus mayores orgullos. También conocía Ibiza y Formentera como la palma de su mano ya que trabajaba como comercial de Cafés Ibiza, y continuamente iba con su coche de un lado a otro de ambas islas. Su continuo contacto con la gente, propio de su oficio de comercial, se trasladó a su labor como político.
“Él siempre me decía que la política se hace en la calle y en los bares”, explica emocionada Mónica Fernández, concejal de Unidas Podemos en Sant Josep y que compartió con Ribas las campañas electorales municipales de 2019 y 2023. “Se sentía más cómodo en la calle que en el despacho”, confirma Josep Marí Ribas ‘Agustinet’, que durante su mandato como alcalde de 2019 a 2023 tuvo a Pere Ribas como primer teniente de alcalde, con quien trabajó codo con codo: “Era un tipo de los que yo llamo ‘a la antigua’, en el sentido de que en vez de ordenador, se lo apuntaba todo en una libretita a bolígrafo. Era un tipo entrañable, una persona fantástica en todos los aspectos”.

Ribas fue un histórico de la izquierda ibicenca. En las primeras elecciones municipales democráticas tras el franquismo, en 1979, formó parte de la candidatura que encabezó Toni ‘Malalt’. No lo hizo en un puesto de salida sino en el número ocho, pero él ya estaba ahí. “Lo conocí en esa época, yo era un crío, y le vi en esas primeras reuniones en el inicio de la democracia”, recuerda ‘Agustinet’.
“En política su comportamiento fue irreprochable. Tenía claro que su labor era resolver los problemas de la gente”, comenta Josep Antoni Prats, actual concejal de Ara Eivissa en Sant Josep, “muy trabajador, dispuesto siempre a hacer cosas por su pueblo, una persona muy querida, incluso por sus contrincantes políticos. Pere no tenía enemigos”.
Después de décadas en política, Pere Ribas tuvo su gran momento en las elecciones municipales de 2019, cuando por primera vez en su vida fue cabeza de lista. Fue el alcaldable por Sant Josep de Unidas Podemos y el resultado fue magnífico: obtuvo tres concejales, que fueron indispensables para conformar la mayoría de izquierdas que aupó a ‘Agustinet a la alcaldía. Durante esa campaña vivió grandes momentos de felicidad. El partido se volcó en él, e incluso se diseñó una cartelería específica inspirada en la icónica campaña de Obama de las elecciones de 2008.

“Era ‘nuestro Pere’, era el mejor”, recuerda nostálgico y emocionado Óscar Rodríguez, “con él te lo pasabas bien siempre. Era una gozada pasear por Sant Jordi con Pere, conocía a todo el mundo. En broma, le llamábamos el ‘alcalde de Sant Jordi’”. De hecho, Ribas siempre presumía, con legítimo orgullo, de que en Sant Jordi era donde Izquierda Unida siempre obtenía los mejores resultados de toda la isla.
“Fue una campaña muy bonita”, recuerda Mónica Fernández, “a partir de ahí nuestra relación fue muy estrecha pero yo ya le conocía de antes. Durante mucho tiempo frecuentaba el bar Can Sala, en Sant Jordi, que era de uno de sus sobrinos, y lo veía ahí siempre. Es de las mejores personas que he conocido”.
Al margen de su trayectoria política, Ribas también se implicó activamente en todo tipo de causas sociales. Tuvo una vinculación muy especial con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Eivissa y Formentera, y fue uno de los fundadores del Centre Recreatiu i Cultural Ses Salines en 1984.
La legendaria mala salud de hierro de la que Pere Ribas hacía gala, con su característico humor negro, le jugó una mala pasada ayer jueves por la noche: “Siempre hacía la broma de que le quedaba poco, de que un día de estos le tendríamos que meter en la caja”, recuerda Óscar Rodríguez. “Estaba jodido del corazón. Se tomaba 15-20 pastillas al día, por salud. Estaba tocado, pero no estaba enfermo”, comenta Parron.
“Se nos ha ido alguien muy grande”, resume Monica Fernández.







