Las historias más largas surgen a veces de maneras inesperadas o por impulsos. Probablemente, ni a Pablo Alcántara ni a Javier Rodríguez se les ocurrió que la productora audiovisual Pauxa pudiera alcanzar las dos décadas de vida, pero así ha sido. Alcántara, que permanece como alma mater de la empresa, recuerda los comienzos de su aventura.
“Yo estaba estudiante en la escuela de Fernando Monge y estuve haciendo un curso de edición potente con él. El profesor que llevaba la parte de informática era Javito, Javier Rodríguez. Pillamos muy buena onda y montamos la productora. Nuestro primer curro fue montar una pantalla en una tienda que había en Vara de Rey para vender publicidad, lo que luego se ha hecho en todas las pantallas LED”, rememora Alcántara quien añade, con sorna: “Lo que pasa es que luego, como somos los dos muy artistas y muy colgados, decidimos que esto no nos gustaba, que esto daba dinero y que preferíamos hacer cosas que no dieran un duro, y entonces nos dedicamos a la producción audiovisual”.
Cada uno de los dos socios aportó una cámara Z1, una torre de Mac y un trípode Manfrotto, “y con estas herramientas de guerra salimos a grabar, a editar, a hacer vídeos corporativos, cositas para web, a hacer de todo porque en Ibiza no te puedes quedar con un solo palo, que si no te mueres de hambre”, explica Alcántara.
También fue el momento de buscar clientes y de empezar a consolidarse. Alcántara recuerda que el primer encargo importante fue el de la Mostra de Creativitat que organizó el Ayuntamiento de Eivissa en el año 2006. Luego ya fue no parar: “Empezamos a hacer vídeos para Fitur, hicimos la Fiesta del Deporte, luego en el año 2007 empezamos a trabajar para el Ayuntamiento de Sant Josep, que nos encargó que hiciéramos una cosa para el MagiClown, que fue otro de nuestros grandes encargos, un vídeo de un minutito al que le tengo mucho cariño. Fue un gran trabajo de edición, que la edición es lo que más me divierte. Editar es precioso”.

Un proyecto que crece
Con los años, Pauxa ha ido creciendo y se ha implicado en proyectos ambiciosos. Alcántara ha realizado documentales como ‘Residencial okupa’, ‘La transició a peu de carrer’ -conjuntamente con Antonio Viñarás- o ‘La revolució turística’. También ha estado tras los proyectos de Héctor Escandell como ‘Los crímenes del día de todos los santos’ o ‘Es gegant des Vedrà’, proyecto este último que, según confiesa Alcántara, le ha dado muchas alegrías pero también muchos dolores de cabeza.
“Por la envergadura del proyecto, porque era muy ambicioso pero con un presupuesto inicial de risa, fue complicado”, explica Alcántara: “Al final hicimos la película con quinientos y pico mil euros que cuestan mucho de conseguir, en la película está ese dinero ahí, pero luego detrás está mi espalda, mi alma, mi corazón, el de Héctor y el de una gran parte del equipo, y todo eso vale mucho más de medio millón”.
Y el proyecto que le ha dado más alegrías, sin dudarlo, es ‘Vivir sin país. El exilio rohingya’ de Alberto Martos, y que narra la expulsión de sus tierras de los rohingyas, en Myanmar, que se han visto obligados a escapar y sobrevivir en campos de refugiados en Bangladesh. “Hemos conseguido algo muy, muy importante, y es que este documental sirva para algo. Sirve tanto, que el pueblo rohingya usa nuestro documental para explicarle a la gente su genocidio. Esto da mucha alegría, Sientes que todo ha valido la pena. Lo que compensa al final son las cosas que te llegan al corazón”.
La seña de identidad
Después de dos décadas de trayectoria, Alcántara ha llegado a una conclusión, y es que en sitios pequeños como Ibiza, en los que todo el mundo se conoce, es importante trabajarse una buena reputación, y eso solo se consigue trabajando bien y cumpliendo los compromisos: “Hacer las cosas bien para mí ha sido un signo de identidad de Pauxa. Es decir, no quiero ni ser barato ni caro, estoy dispuesto incluso a perder dinero, pero para mi es importante mantener la imagen de que hacemos las cosas bien”.

En la actualidad, con un equipo consolidado, Alcántara cree que el nivel de técnico y profesional que hay en Ibiza es “muy alto”. “Es un nivelazo. A nivel actores, a nivel fotografía, a nivel sonido, tenemos gente cada vez más potente y puedes hacer proyectos más chulos y diferentes”.
Muchos proyectos que todavía están por venir. De momento, Pauxa echa la vista atrás y este viernes se celebrará a si misma con una gala en Can Jeroni (Sant Josep) a las 19 horas, donde recordarán sus veinte años de vida y presentarán sus nuevos proyectos.





