Cuando salieron las cifras oficiales difundidas por el Área de Salud de Ibiza y Formentera, que apuntan a una reducción de las listas de espera en diversas especialidades, no tardaron en llegar a este medio quejas de pacientes que tenían una experiencia muy diferente. Noudiari ha recogido numerosos testimonios que apuntan a una realidad muy distinta: pacientes que afirman que sus derivaciones han desaparecido del sistema, citas pospuestas durante meses sin explicación y procesos clínicos que se alargan hasta dos años.
En varios casos, los afectados aseguran haber confirmado personalmente que su volante había sido entregado, pero al consultar el Portal del Paciente se encuentran sin registro alguno de la solicitud. Varios pacientes coinciden en la misma frase: “Estoy seguro de que tramité la cita… pero en el sistema no aparezco”.
Begoña: nueve meses de espera para Reumatología y una cita “perdida” tras meses insistiendo
Begoña es una de las afectadas. Su caso más reciente [tiene malas experiencias de años anteriores] comienza en noviembre de 2024, cuando su médica de cabecera la deriva a Reumatología. En ese momento, consigue una primera visita gracias a una cancelación de última hora. Tras esa valoración inicial, la especialista solicita varias pruebas (analítica completa y valoración maxilofacial) y deja escrito en el volante que la paciente debe ser citada en enero de 2025.
“Estamos en diciembre de 2025 y esa cita nunca ha llegado”, explica a Noudiari.
Lo cierto es que en junio, seis meses después de la fecha prevista, Begoña recibe una llamada ofreciéndole una cita para el día siguiente, con menos de 24 horas de margen. “Les dije que me era imposible porque viajaba a la península. No rechacé la visita; pedí que me recolocaran en la lista porque tenía un viaje. Desde entonces, silencio absoluto”.
Cuando acude presencialmente, Begoña descubre que esa llamada de junio consta como intento de citación, pese a que ella dejó claro que necesitaba una nueva fecha. Desde entonces han pasado otros seis meses. “Me conocen ya en Atención al Paciente. He puesto al menos tres reclamaciones formales y he hablado varias veces con la secretaría de Reumatología. La respuesta es siempre la misma: ‘Lo suyo no es grave’”.
Begoña cuestiona esa apreciación. “¿Cómo saben que no es grave si solo me han hecho una valoración inicial y las pruebas nunca se han revisado? Hay días que no puedo ni levantarme de la cama”.
Su historial clínico refleja además un proceso traumático previo: años de idas y venidas en Traumatología, derivaciones mal dirigidas —incluidas dos citas asignadas por error a la unidad de la mano en lugar de a la unidad del pie— y largas demoras entre pruebas y visitas. “Hubo un caso en el que me dieron cita con una traumatóloga de mano, cuando mi caso era de pie y que ya había dicho previamente en otra cita que no podía atenderme. Me mandaron dos veces al sitio equivocado. Perdieron mi tiempo y su tiempo y dos citas para otra persona”.
Incluso en Radiología, cuenta, le han pedido que tenga “paciencia”. Su médico le pidió una ecografía abdominal en abril de 2025 por un dolor persistente. En octubre, al reclamar, la respuesta fue que el servicio “está saturado”.
Adriana: dos años esperando valoración de un TAC y citas que ‘desaparecen’ de la lista
El caso de Adriana muestra un patrón similar. Ella acumula reclamaciones desde hace años, tanto propias como de su marido. “Antes había un despacho de Atención al Usuario donde te atendían, comprobaban tu historial y podían intentar localizar un hueco. Ahora han puesto un mostrador general en el pasillo, que a mi entender hace de filtro, te atienden de pie y lo gestionan como si todo fuera administrativo. No sabes quién recibe tu reclamación ni qué hacen con ella”.
Su situación actual se centra en Otorrinolaringología. Llevaba dos líneas de seguimiento con distintos especialistas: uno por problemas de audición y otro por un problema maxilar. En el primero, afirma que desapareció de la lista de espera, pese a que tenía controles periódicos previstos. En el segundo, le solicitaron un TAC y le dijeron que volverían a citarla cuando estuviera el resultado.
“Hace casi dos años que me hice el TAC, sé por el informe que tengo un pólipo y mi médica de cabecera me dice que es el especialista quien debe interpretarlo. Pero no me llama nadie. Es falso que te vean en 60 o 90 días después de una prueba. En mi caso, llevo dos años”.
Adriana creó incluso una plataforma de afectados por la lista de espera de Can Misses a través de Facebook para intentar organizarse y visibilizar el problema. Se han unido 182 ciudadanos, pero Adriana señala que falta implicación: “Hay quien prefiere resignarse. Pero estamos hablando de salud”. En esta página se pueden leer algunos testimonios pero no es muy activa debido, entre otras cosas, a que su administradora se encuentra sin muchas fuerzas por sus problemas de salud. Adriana recuerda que, hace ya unos años, llegó a poner en marcha una campaña de recogida de firmas a través de Change org para reclamar mejoras en las listas de espera, una campaña que incluso recogieron los medios de comunicación.
Un patrón repetido: pacientes que sí tramitaron su volante pero no aparecen en el sistema
El caso de Begoña y el de Adriana coinciden con otros testimonios recogidos:
Pacientes que entregan un volante en recepción y semanas o meses después descubren que no figuran en lista de espera y usuarios que ven anulados sus seguimientos sin justificación. También derivaciones duplicadas o erróneas que consumen citas y recursos y pruebas diagnósticas hechas pero no revisadas en plazos clínicamente relevantes.
Otros testimonios recogidos por este medio (imposible incluirlos todos porque el artículo sería interminable) son:
Helena [este es nombre falso porque la afectada prefiere no aparecer citada], está segura de haber hecho el trámite para pedir una consulta de psicología en el verano de 2024 tras ser derivada por su médico de cabecera al sufrir una crisis de ansiedad y ser atendida en Urgencias. Le dijeron en el mostrador que quedaba en lista de espera. En verano de este 2025, un año después, decide entrar en portal al paciente online y comprobar sus citas y listas de espera y se encuentra con que no está en ninguna lista de espera. “Estoy segura de haber tramitado ese volante”, remarca a Noudiari. Tras sufrir otra crisis depresiva-ansiosa a finales de septiembre, su médico le volvió a hacer un volante y finalmente ha sido citada ahora en diciembre. “La espera esta vez no ha sido tan grave, de dos meses y unos días, pero sigo dándole vueltas al hecho de haber tramitado una cita que nunca apareció», remarca.
En su caso, como en tantos otros, ha tenido que recurrir a profesionales privados para poder atender su salud mental.
Vicent, que ahora tiene 52 años, relata a Noudiari un caso que no es cercano en el tiempo porque sucedió tras la pandemia pero sí es grave y por ello lo incluimos. Un día, en la calle, comenzó a escupir sangre. Fue al médico y le derivaron para hacerse unas placas. Mientras esperaba para saber el resultado, “afortunadamente mejoré”, relata a este medio. Su sorpresa fue cuando un día, año y ocho meses después, le llamaron para darle los resultados de las placas. “Reconozco que había pasado tanto tiempo que, al principio de la llamada, no sabía ni de qué me estaban hablando. No me acordaba de qué pruebas hablaban. Me indicaron que tenía enfisema pulmonar”, explica. “Me quedé impactado. ¿El resultado de unas placas, 20 meses después?”. Su caso, afortunadamente, no ha resultado ser grave.
A través de redes sociales nos encontramos otros testimonios que no han podido ser verificados por este medio. Algunos están en la plataforma creada por Adriana. Algunas personas incluso a acusan a los medios de comunicación de publicar «falsedades y mentiras» o «noticias sin contrastar» tras ver los datos remitidos por ASEF que, aseguran, «nada tienen que ver con la realidad».
«Estoy en lista de espera para operarme del supraespinoso. En octubre de 2024 me informaron de que el tiempo de espera era inferior a 180 días, pero ya han pasado siete meses [cuando publicó el comentario, en mayo de este año, había pasado ese tiempo]. Tengo realizadas todas las pruebas previas: el electrocardiograma, la analítica y el preanestésico. Solo me falta la radiografía de tórax y, finalmente, la intervención. Después de todo el proceso y de las múltiples pruebas que me han hecho, solo espero no tener que repetirlas debido a los retrasos acumulados en la lista de espera».
«Llevo diez meses esperando una cita con Otorrinolaringología, después de haber sido intervenido sin obtener un buen resultado. Tras casi un año sigo aguardando una nueva valoración. Pago impuestos todos los meses y, aun así, no tengo acceso a una atención en un plazo razonable».
«Eso es mentira [en relación a los datos de listas de espera de Ibiza]. Un año para que me den el resultado de una analítica, dos años para operar las anginas y, de Traumatología, mejor ni hablamos. Y sobre Urgencias, la situación es igual de mala: en invierno ya es complicado, pero en verano puedes quedarte horas en la puerta del hospital esperando, detrás de turistas borrachos y personas con adicciones».
Los testimonios cuestionan las cifras oficiales
Los pacientes no niegan que pueda haber mejorías puntuales, pero consideran que la imagen pública no refleja la realidad. “Lo que se comunica no coincide con lo que vivimos”, resume Begoña. Adriana coincide: “Las noticias dicen que bajan las listas. A mí me brota la indignación cuando las leo”.
Ambas aseguran que, pese a los retrasos, la atención clínica personal de los profesionales es excelente una vez que consiguen entrar en consulta y que muy pocas veces se han encontrado con sanitarios poco profesionales. El problema, subrayan, es llegar hasta allí.







Se inagura un nuevo hospital para que pueda salir en la foto todo politico de turno, pero luego se olvida lo mas importante, la gestion y atención. Estamos hablando de salud de todos al final, no nos olvidemos en ningún momento. Es importante que lo recordemos. No vayamos por la via madrileña por favor.