En 1986 Chris Rea se encontraba en una encrucijada. Después de publicar el año anterior ‘Shamrock diaries’ creía haber alcanzado el punto álgido de su carrera, y empezó a notar el vértigo de temer que su próximo trabajo no estuviera a la altura, de perder a sus seguidores, de no saber qué rumbo tomar… Lo que muchos músicos llaman ‘el vértigo de su segundo disco’ aunque en el caso de Rea -que entonces ya tenía 35 años- era su octavo disco.
En este momento de encrucijada vital, Rea descubrió Formentera y lo que le sucedió en la isla marcaría -para bien- el resto de su carrera. El propio músico inglés explicó la historia en el año 2022 es una entrevista para la revista Nativ: “Cuando llegamos, había un café en el puerto donde gente súper guay esperaba el pequeño ferry. Nos hicimos residentes casi a tiempo completo, ahorrábamos dinero para pasar el verano allí. Podías sentir la eternidad. Dábamos una vuelta por Sa Sequi, un bar restaurante frente al puerto y a es Vedrà, la mejor puesta de sol con diferencia. De ahí salió On The Beach”.
El resto, como se suele decir, es historia. ‘On the beach’ se convirtió en un éxito mundial, su videoclip se rodó también en Formentera, la canción tuvo diversas remezclas que lo adaptaron al sonido balearic y le reportó a Rea unos derechos de autor que le permitieron tener una existencia más desahogada.
Nacido en Middlesbrough en 1951, con ascendencia italo-irlandesa, Rea siempre sintió una afinidad especial hacia la música afroamericana, especialmente por el gospel y el blues. De orígenes modestos, trabajó de joven en una tienda de helados y dedicaba todos sus ratos libres a practicar con la guitarra. En 1978 publicó su primer elepé, ‘Whatever happened to Benny Santini?’ hasta el año 2016, en el que un ictus mermó su capacidad para tocar la guitarra.
Rea un superviviente, ya que en el año 2000 ya había superado un cáncer de páncreas y aseguraba que las dos últimas décadas de su vida habían sido una propina inesperada. En la citada entrevista con Nativ, en el 2022, señala que volvía siempre que podía a Formentera: “Para Joan y para mí siempre será un lugar muy profundo y especial, con sus tardes calurosas y esa extraña intemporalidad. Volvimos el año pasado. Al pequeño ferry lo ha sustituido un barco y había un montón de coches, pero me levanté temprano y fui a la Mola a rebautizarme, casi pensé que había vuelto a rejuvenecer… “.






