La producción de vino de la tierra en Ibiza y Formentera ha registrado un fuerte crecimiento durante la campaña de 2025, con incrementos del 13,6% y del 40,6%, respectivamente, situando a las Pitiusas entre los territorios que más impulsan el sector vitivinícola de Baleares este año.
Este aumento se produce en un contexto de crecimiento moderado de la producción total de vino con marca de calidad en el conjunto del archipiélago, que alcanzó los 55.126 hectolitros, un 3,5% más que en 2024, según el balance de la Dirección General de Calidad Agroalimentaria y Producto Local difundido por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural.
El avance de Ibiza y Formentera contrasta con el descenso del 4,2 % registrado en la producción de vinos con denominación de origen protegida, mientras que los vinos de la tierra en Baleares crecieron un 7%. Junto a las Pitiusas, también destacó Menorca, con un incremento del 27,3%.
Este crecimiento se debe a la entrada en producción de nuevos viñedos y a la recuperación de parcelas que no pudieron vendimiarse el año anterior, factores que han tenido un impacto especialmente positivo en territorios con estructuras productivas pequeñas, como Ibiza y Formentera, amparadas por las indicaciones Vi de la Terra Eivissa y Vi de la Terra Formentera.
En cuanto a la producción de uva, Baleares alcanzó las 8.892 toneladas destinadas a vinos de calidad, un 4,4% más que en 2024, pese a que la superficie de viñedo en producción se redujo un 2,9%, hasta las 2.105,4 hectáreas. El aumento del rendimiento medio, con 4.224 kilos por hectárea, un 7,5% más, ha permitido compensar esta disminución.
Por tipos de vino, la campaña ha estado marcada por el fuerte impulso del rosado, cuya producción se incrementó un 25,3 %, hasta los 11.784 hectolitros. Los vinos blancos crecieron un 1,8%, con 21.851 hectolitros, mientras que los tintos descendieron un 4%, situándose en 21.491 hectolitros.
El director general de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, Joan Llabrés, ha señalado que la vendimia de 2025 ha sido “especialmente compleja”, debido a episodios como la granizada del 16 de abril, los daños causados por las palomas, la aparición de enfermedades como el mildiu y el oídio, así como el cierre de algunas bodegas, circunstancias que han limitado el potencial productivo en determinadas zonas.
Pese a ello, Llabrés ha recordado que la producción de este año, aunque superior a la de 2024, se mantiene muy por debajo del máximo histórico de 2023, cuando Baleares alcanzó los 68.440 hectolitros, y ha subrayado que el volumen actual “se ajusta mejor a la demanda del mercado”, teniendo en cuenta las existencias acumuladas tras aquella campaña excepcional.






