Un total de 3.090 personas murieron en 2025 intentando llegar a España por vías irregulares, según el informe Monitoreo Derecho a la Vida 2025 elaborado por el colectivo Caminando Fronteras, con datos cerrados a 15 de diciembre. Una parte muy significativa de estas tragedias se produjo en la ruta argelina hacia Baleares, especialmente en el trayecto con destino a Ibiza y Formentera, que este año se ha convertido en la más transitada del país.
De las 303 tragedias documentadas en todo el territorio marítimo español, 121 tuvieron lugar entre Argelia y Baleares, una cifra que sitúa a esta ruta mediterránea como la de mayor número de embarcaciones detectadas en 2025, por delante incluso de la atlántica hacia Canarias. El informe subraya que Ibiza y Formentera han sido los principales puntos de llegada dentro del archipiélago balear.
Aunque el número total de fallecidos en la ruta mediterránea (1.037) es inferior al registrado en Canarias (1.906), Caminando Fronteras advierte de que el incremento del tránsito hacia las Pitiusas ha elevado notablemente el riesgo, especialmente debido al uso de embarcaciones más pequeñas y precarias, con menor capacidad de resistencia en alta mar.
Del total de víctimas registradas en 2025, 192 eran mujeres y 437 menores de edad, una realidad que, según la organización, pone de manifiesto el aumento de la vulnerabilidad de las personas que emprenden estas travesías.
Los datos coinciden con el balance del Ministerio del Interior, que refleja un descenso del 40,4 % en las llegadas irregulares a España respecto a 2024 y una caída aún mayor en Canarias. Sin embargo, la coordinadora de Caminando Fronteras, Helena Maleno, señala que esta reducción de fallecimientos “no responde a una mayor protección del derecho a la vida, sino a un descenso estadístico vinculado al tipo de embarcaciones utilizadas”.
La organización vuelve a denunciar que muchas de estas muertes están relacionadas con la insuficiente activación de los dispositivos de rescate y con la externalización del control fronterizo, factores que, aseguran, incrementan la desprotección de las personas migrantes durante el trayecto.
El informe de Caminando Fronteras, basado en monitorización directa de alertas, familias y redes de apoyo en frontera, sitúa así a Ibiza y Formentera en el centro de una crisis humanitaria creciente en el Mediterráneo occidental, que continúa desarrollándose lejos del foco mediático principal pero con consecuencias cada vez más graves para el entorno balear.






