Esta plaza es una ruina

@V. R. / La reforma de la Plaza del Parque de Vila no ha salido adelante al contar solo con los votos favorables de los miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Eivissa, ahora en minoría. Este hecho ha provocado un profundo malestar entre los comerciantes y vecinos de la zona dado el estado de degradación en el que se encuentra el suelo, con baldosas sueltas que se han convertido en cascotes de escombro que se acumulan en las cuatro esquinas y agujeros por todos lados.

Los propietarios de los negocios de hostelería de la plaza explican que casi a diario tienen que recoger a turistas o personas mayores del suelo después de que tropiecen en alguno de los muchos socavones de esta explanada peatonal del centro histórico de la ciudad, muy concurrida durante todo el día tanto por turistas como por personas de la isla. Los propietarios de los negocios de la Plaza del Parque están que trinan. No entienden que se hayan puesto trabas a una remodelación que consideran «urgente e imprescindible» y creen que se está cometiendo «una negligencia en toda regla».

Lo cierto es que la plaza está destrozada. Las jardineras, hechas trizas, ofrecen una imagen de abandono absoluto y la diferencia de alturas entre baldosas deja cantos elevados que representan un peligro para los viandantes. «El jueves se cayó aquí (en una esquina de la plaza) una mujer embarazada. Por fortuna ‘aterrizó’ de rodillas y no le pasó nada, pero en esta ciudad da la impresión de que tiene que ocurrir algo grave para que los grupos políticos se pongan de acuerdo para solucionar los problemas. Es increíble. Un vergüenza», señala el dueño de uno de los bares de la zona.

Creen los propietarios de los establecimientos de este enclave peatonal del municipio de Vila que el estado en el que se encuentra la Plaza del Parque les resta clientela. Afirman que hay personas mayores que ya no acuden a sus negocios por miedo a caerse por el camino y lamentan que tienen que pagar los mismos impuestos que el resto de vecinos y que su competencia y, en cambio, no reciben las mismas atenciones.

«Antes venían muchas familias que ya no lo hacen. Mientras los padres se tomaban una copa o un refresco sus hijos jugaban al fútbol o iban en bicicleta. Pero ahora, lógicamente, van a otros sitios y no les culpo porque seguramente yo tampoco traería aquí a mis hijos para que se abrieran la cabeza», indica un camarero que trabaja en la plaza. Los empresarios se planean tomar medidas para reivindicar «con los medios que haga falta» la mejora «inminente» de la Plaza del Parque, cuyo aspecto es cada vez peor.