La cancelación de dos vuelos Ibiza-Palma ayer por la tarde noche supuso un auténtico mazazo para unas 40 gimnastas del club de rítmica de Puig d’en Valls, que viajaban a la isla vecina con la ilusión de participar en los campeonatos baleares de este deporte en busca de una medalla y un pasaporte para los campeonatos nacionales, o, simplemente, para vivir una experiencia de esas que quedan grabadas en la retina de por vida.
Se quedaron en tierra, y la súplicas de entrenadoras y madres y padres no surtió efecto alguno en los mostradores de Iberia de la terminal aeroportuaria de es Codolar. ¿Iban a quedarse sin competir? Esa era la pregunta que se hacían en el seno de la expedición, de unas 60 personas en total entre madres, padres y técnicas.
Miradas todas las opciones, en barco o en avión a primera hora de hoy, llegar a Mallorca a la hora de la competición, que se desarrolla desde esta mañana y hasta esta tarde en el pabellón Germans Escala, era imposible. La insularidad e Iberia, por desgracia, tienen estas cosas
Los lamentos de las gimnastas, en edad escolar, encogía el corazón de entrenadoras y familiares. No iba a ser igual, pero existía una solución para que la compañía aérea no echara por tierra la ilusión y el esfuerzo de las gimnastas.
Tras horas de conversaciones hasta la once de la noche con la federación balear de este deporte, se acordó que la participación del club en el provincial se llevara a cabo vía Zoom, una aplicación utilizada habitualmente para videoconferencias y que ya se había empleado años atrás para este tipo de citas deportivas en tiempos de pandemia.
Y así, desde esta mañana, las gimnastas del Puig d’en Valls participan desde el pabellón de sa Blanca Dona de Ibiza en un torneo que se celebra en Mallorca.
No es la mejor opción, y, de hecho, las puntuaciones no están siendo todo lo buenas que cabía esperar, puesto que la retransmisión es completamente amateur y puntuar en estas condiciones se hace complicado.
Sin embargo, y por lo menos, no se han quedado sin competir. Les han robado un viaje, una experiencia y una cita deportiva presencial para la que se han estado preparando horas y horas, días y días, y semanas y semanas, tal y como requiere una especialidad dura y exigente como la rítmica. La tecnología no les devolverá el viaje, pero al menos les ha permitido participar.
Madres de otros clubes que iban a ver a sus hijas, que habían partido al mediodía sin problemas en otras aerolíneas, se han quedado en tierra. Otras han podido intercambiar billetes con terceros para llegar in extremis a la cita deportiva, algo que se les ha permitido excepcionalmente a causa de la incidencia de los vuelos cancelados.
