La historia empezó hace 100 años, cuando José Ferrer, propietario de un colmado en el barrio de La Marina, en Vila, pensó que sería una buena idea crear su propio destilado de hierbas ibicencas y comercializarlas. “Mi bisabuelo llevaba entonces las representaciones de marcas de brandi y de coñac, se había formado en el tema de la fabricación de destilados y se animó”, explica David Ferrer, actual director de Licores Aniseta y que encarna la cuarta generación de los Ferrer al mando de la empresa familiar.
En ese año también instalaron su fábrica de destilados en una pequeña casa, de planta baja, junto al inicio de la carretera hacia Santa Eulària, frente al puerto. En aquel momento, la Fabrica de Licores Aniseta -así estaba escrito el rótulo con pintura roja sobre el fondo blanco de la fachada- marcaba el límite de la ciudad antes de ses Feixes de Vila.
Posteriormente, la ciudad fue creciendo y los edificios modernos fueron rodeando a la pequeña fábrica, que se convirtió en un símbolo del puerto y de la ciudad. Muchos pasajeros, cuando bajaban del ferry, una de sus primeras visiones era el edificio de Licores Aniseta, casi como un testigo de otra época antes de que fuera demolida.

Ha pasado un siglo, pero el licor de hierbas Aniseta se elabora prácticamente de la misma manera. “El licor de hierbas, según dicen, nace hace más de 220 o 230 años. Entonces se tomaba como un estomacal, incluso había gente que se lo tomaba como medicina, como digestivo, y se elaboraba artesanalmente”, explica David Ferrer, quien narra cómo sus tíos abuelos y bisabuelo se formaron en Barcelona para dominar las técnicas de maceración y destilación.
En su base, el proceso de destilación sigue siendo el mismo: “Es una recolección de hierbas aromáticas. Se saca un concentrado de alcohol, agua y la aromática que se quiera destilar. Esto se pone en una especie de olla a presión denominada alambique que se calienta hasta que se evapora, entonces se convierte en líquido mediante una serpentina que pasa por unos conductos hasta un refrigerador, y de aquí surge un líquido esencial donde está concentrada la sustancia del licor”.
La base alcohólica de las hierbas ibicencas es anisada y luego se le añaden aromáticas como el romero, el tomillo la hierbaluisa o la camamilla. A partir de aquí, cada uno tiene su receta, su hierba o su toque particular, y es algo que se guarda en secreto. Comenta David Ferrer que ellos obtienen las hierbas de proveedores locales y que también las plantan en una finca propia. Sobre el toque personal de Licores Aniseta, nos desvela algunos detalles: “No hay una receta escrita como tal, pero nosotros no somos partidarios de que la base alcohólica sea tan anisada”.

En cualquier caso, el licor de hierbas debe cumplir unos reglas comunes y su origen debe ser local. Para proteger la marca, Licores Aniseta fue uno de los impulsores de que se creada el sello de indicación geográfica ‘Hierbas de Ibiza’, que fue una de las primeras que se crearon en todo España, en el año 1996: “Fuimos uno de quienes empezamos esa iniciativa. Desde entonces, estamos registrados dentro de una indicación geográfica protegida”, explica David Ferrer.
Otra de las características de la empresa es que, pese a la lógica expansión de las últimas décadas, no ha perdido su carácter tradicional en la elaboración de sus productos. “Nosotros hemos decidido no crecer más”, señala Ferrer, “las recetas las podríamos elaborar al por mayor, pero queremos mantener la esencia. La fórmula la hacemos en exactamente la misma cuba de 300 litros de toda la vida. Preferimos destinarle más tiempo a la producción que hacerlo en una cuba de 1.500 litros, donde iríamos más rápido pero podríamos perder nuestra esencia. Una forma de cuidar el producto es conservando el proceso de elaboración como lo hemos hecho toda la vida”.

En los últimos años, Licores Aniseta ha diversificado el producto y, además de la línea de licor de hierbas clásica que se puede encontrar en los supermercados, también hay otra línea gourmet, ginebra premium, licor de limón elaborado a partir de limoneros de una finca propia, café caleta y el licor de tomillo Flor des Camp. “Son productos que están funcionando muy bien y que tienen mucha salida en el mercado internacional”, explica David Ferrer, quien añade que la novedad de este año es “una edición especial de licor de hierbas que rememora el centenario de la empresa. La verdad es que ha tenido tan buena aceptación que la seguiremos vendiendo”.
Después de participar en varias ferias gastronómicas, Licores Aniseta ha conseguido una base de clientes fieles en Italia, Bélgica, Holanda y Suiza, aunque como insiste Ferrer, “la idea no es crecer sino mantenernos como estamos”.
Fidelidad con los orígenes y enraizados en la isla, tradición familiar pero, a la vez, una marca con una amplia variedad de productos y sin cerrarse puertas más allá de Ibiza. Esta ha sido la fórmula que ha permitido mantenerse a Licores Aniseta durante un siglo, cuatro generaciones, y las que vendrán…







