La UD Ibiza ha logrado este domingo una victoria vital en su visita a Murcia (0-2) tras cinco jornadas sin conocer el triunfo. Un resultado que, más allá de los tres puntos, sirve para aliviar la presión sobre el equipo y su entrenador, Paco Jémez, que llegaba cuestionado al duelo tras una racha preocupante de dos empates y tres derrotas consecutivas.
Y no fue fácil. El choque empezó torcido para el conjunto ibicenco, que se quedó con diez jugadores desde el minuto 9 por la expulsión de Del Pozo, que vio la segunda amarilla tras una entrada a destiempo. Con más de 80 minutos por delante en inferioridad numérica, el escenario se antojaba dramático.
Sin embargo, la UD Ibiza se creció ante la adversidad. El equipo tiró de orgullo, se replegó con orden y supo golpear en los momentos clave. El 0-1 llegó en el minuto 31 gracias a un penalti transformado por Fede, tras revisión del video support. El tanto dejaba helado al Real Murcia, que atraviesa un momento aún más delicado que el conjunto pitiuso, y devolvía la confianza a los de Jémez.
La segunda parte arrancó con el mismo guion: un Murcia volcado y un Ibiza sólido, compacto y con las ideas claras. En el minuto 52 llegó el segundo golpe: Unai Medina, atento en la presión, recuperó un balón con el pecho tras un mal centro en la salida del rival, lo dejó botar y conectó un potente disparo lejano que se coló en la portería murciana. Un auténtico golazo para el 0-2.
El tanto dejó sin aliento a los locales y encendió a los 14.000 aficionados murcianos presentes en el estadio, que despidieron a su equipo entre silbidos. El Murcia lo intentó, pero se topó con la seguridad del portero ibicenco y su propia falta de puntería. De hecho, dio la sensación de que podrían haber jugado una hora más sin marcar.
Respiro para Paco Jémez… por ahora
Con este triunfo, la UD Ibiza rompe su mala racha y Jémez salva una ‘bola de partido’ en su continuidad. El técnico, que estaba en el alambre por los últimos resultados, gana tiempo y crédito tras un inicio de temporada irregular.
Eso sí, el equipo debe tener los pies en el suelo: el triunfo llega ante un Murcia en crisis, y aún hay mucho por mejorar. Lo positivo, más allá de los tres puntos, es la actitud del equipo, que respondió cuando más lo necesitaba y supo competir en inferioridad.