Un nuevo informe de Greenpeace lanza una seria advertencia: el actual modelo de gestión costera en Baleares, y en particular en Ibiza y Formentera, está ignorando los efectos del cambio climático, lo que podría conducir a la desaparición de numerosas playas antes de que finalice el siglo.
Según el informe Destrucción a toda costa 2025, las playas de Es Codolar, Santa Eulària, Cala Pada, Cala Martina, Aigües Blanques, Es Figueral y Cala Portinatx en Ibiza, así como Ses Illetes, Llevant, Sa Roqueta o Es Pujols en Formentera, se encuentran entre las más amenazadas por la subida del nivel del mar, que podría alcanzar hasta un metro en el peor escenario para el año 2100.
🏖️ Ibiza y Formentera, en riesgo por el aumento del nivel del mar
El estudio advierte que, a pesar de los evidentes impactos del calentamiento global, en las islas «se siguen promoviendo nuevas construcciones y legalizando viviendas ilegales», reactivando un modelo urbanístico insostenible similar al de los años de la burbuja inmobiliaria. En el caso de Mallorca, por ejemplo, el crecimiento urbanístico en suelo rústico ha sido del 263 % desde 2015.
🌡️ El mar Mediterráneo, en «ola de calor» desde noviembre
Otro dato alarmante es el aumento de la temperatura del agua del mar, que en el Mediterráneo se está calentando a un ritmo de 2 a 3 veces superior a la media global. Desde noviembre de 2024, el entorno de las Pitiusas está en situación de ola de calor marina permanente, lo que tiene consecuencias directas en la biodiversidad y en la intensidad de temporales que afectan a las playas.
🛥️ Auge de embarcaciones recreativas y presión sobre la Posidonia
A ello se suma el creciente impacto del tráfico marítimo. Baleares lidera el número de matriculaciones de embarcaciones de recreo, lo que provoca una presión sin precedentes sobre zonas especialmente sensibles como la bahía de Talamanca, Es Cavallet o el Estrecho entre Ibiza y Formentera, donde los fondeos masivos están dañando las praderas de Posidonia oceánica, una barrera natural contra la erosión costera.
🛑 Greenpeace pide un cambio urgente de rumbo
Ante esta situación, Greenpeace exige una acción climática urgente, la protección de los ecosistemas costeros y un cambio radical en la gestión territorial. Algunas de las soluciones que propone incluyen:
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Renaturalizar la costa y restaurar playas, dunas y humedales.
- Evitar nuevas construcciones en zonas de alto riesgo de inundación.
- Limitar la turistificación y avanzar hacia un modelo de desarrollo equilibrado con la población local.
📌 “Mucho sol y poca playa”
«El modelo de ‘sol y playa’ se ha convertido en ‘mucho sol y poca playa’», advierte Elvira Jiménez, portavoz de Greenpeace. «Es urgente actuar si no queremos perder uno de los patrimonios más valiosos de nuestras islas».