Alrededor de 500 personas han salido a la calle este domingo en Ibiza para protestar en contra de la masificación turística, los elevados precios de la vivienda y el «derroche» de los recursos naturales, un número muy inferior al registrado en la misma manifestación en septiembre del año pasado, que reunió a 1.200 personas.
La marcha ha empezado en el Portal de ses Taules, en el barrio de la Marina, donde algunos de los turistas que pasaban por la zona a esa hora, las seis de la tarde, se han puesto a bailar al son de los tambores y la música de ‘Anàrem a Sant Miquel’, una canción típica ibicenca, sin saber que, en cierta manera, estaban en el centro de la diana.
La convocatoria ha perdido fuerza con respecto al año pasado, y algunos de los asistentes no entendían muy bien cómo en una manifestación que creían en contra de la masificación turística se ponía el acento en otros aspectos «tan dispares» -aunque relacionados entre sí- como el precio de la vivienda, el consumo de agua o los derechos laborales de los trabajadores o el derecho al descanso, entre otras reivindicaciones.
Lo cierto es que la asistencia no ha sido, ni de lejos, de las que quedan grabadas en el recuerdo y la hemeroteca como para ser tenidas en cuenta con el paso de los años, como sí lo fueron las de ‘Salvem ses Salines’, la de Salvem Cala d’Hort o la que hubo, más recientemente, en contra de la ampliación de las carreteras de Sant Antoni y el Aeropuerto de Ibiza, con cerca y por encima de las 10.000 personas y con bastantes menos habitantes empadronados en la isla que en la actualidad.
Políticos de PSOE, ERC o Ara Eivissa han estado presentes en la marcha, que ha transcurrido sin incidencias y a la que se ha ido uniendo gente a lo largo del trayecto, puesto que a su paso por el Mercat Vell, al lado del punto de partida, tan solo había 300 personas. «No podemos aparcar, con tanto ‘rent a car’, ‘turismo de lujo, ni harto de orujo’ o ‘airbnb, fuera de aquí’, han sido, entre otras, algunas de las proclamas que han coreado los participantes hasta su llegada a la plaza de la antigua escuela de sa Graduada, donde actualmente se encuentran los juzgados, punto final de la manifestación y donde se ha leído el manifiesto preparado para la ocasión.
En el mismo se ha lamentado el resultado del actual «modelo de monocultivo turístico», que «no ha proporcionado ni más prosperidad ni más igualdad, y solo sirve para enriquecer a los ricos y expulsar de la isla a los más pobres». Los organizadores opinan que las medidas que se han tomado hasta la fecha son «maquillaje», están «vacías»y «solo sirven para expulsar «a las personas trabajadoras» y no ahondan en «la raíz del problema». Por todo ello, creen más necesario que nunca estar unidos para «exigir un futuro que priorice la sostenibilidad, la justicia social y la dignidad de todas las personas y los trabajadores de la isla».
Asimismo, han exigido una gestión sostenible de los recursos naturales, con una administración responsable y transparente. «Mientras las casas payesas no tienen como regar sus campos y nos cortan el agua de las fuentes públicas, hay quien sigue trajinando camiones y camiones para llenar piscinas enormes y regar el césped de decenas de villas de lujo, muchas de las cuales todavía no tienen licencia. Todo esto mientras las administraciones permiten regar jardines tropicales de casas de lujo, construir más villas con piscina y utilizar las reservas de los acuíferos por parte de las instalaciones turísticas».
«¿Hasta cuándo lo permitiremos?», se han preguntado. «Nos dicen que esto lo arreglaremos con más desaladoras, pero no nos dicen quién las pagará, ni cuánta energía consumirán, ni qué harán con la salmuera que contamina la costa y mata a la posidonia. El agua es un derecho fundamental, y más en los territorios en proceso de desertización como el nuestro. Si no lo detenemos pronto, viviremos en un mundo donde el agua sea solamente para quien pueda pagarla. Y el agua no es un negocio, es vida, porque sin agua no hay nada. Defender el agua es defender nuestro derecho a existir».
Vivienda
El problema de la vivienda y los precios desorbitados de los pisos y los alquileres ha sido otro de los aspectos de los que se han quejado los manifestantes. «Nos mantenemos firmes en las demandas compartidas por el Sindicato de inquilinas de Ibiza y SOS Vivienda de Formentera: exigimos una bajada del 50% del precio de los alquileres, contratos de alquiler indefinidos, recuperación de viviendas turísticas o de temporada, acabar con la compra especulativa, la desarticulación de Desokupa, el aumento del parque público de vivienda y la disolución de la SAREB», han señalado.
También han recordado que en Formentera el panorama «es aún más desolador» en este sentido. «Con uno de los metros cuadrados más caros de toda Europa, la isla sigue siendo uno de los territorios más tensionados de todas las Islas Baleares y de todo el estado. Mientras tanto, los políticos continúan negándose a tomar medidas eficaces y siguen criminalizando y despreciando la lucha por la vivienda, llegando incluso a decir que lo que queremos es que nos regalen los alquileres. ¡No! ¡Lo que queremos es no tener que dedicarle más del 40% de nuestra nómina!».
El manifiesto ha concluido con la presentación de una nueva agrupación que nace con la idea de para representar los intereses de los jóvenes, la Asociación de Jóvenes de Eivissa.
Por eso, y para concluir con la manifestación, nos gustaría presentaros a una nueva asociación que ha nacido para representar los intereses de los jóvenes de Eivissa. «Creemos que ya era hora de tener voz y voto, ya que somos los que heredaremos los efectos del turismo de masas de hoy en día. Queremos hablar por todos los jóvenes de la isla y queremos ser partícipes del futuro que representamos», han indicado.
