La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears (TSJIB) ha confirmado la condena de seis años y un día de prisión impuesta a un jugador de póker de origen kuwaití, que fue detenido en julio de 2021 tras aterrizar en el Aeropuerto de Ibiza procedente de Las Vegas en un avión privado, portando una maleta con sustancias ilegales.
El tribunal desestimó el recurso de apelación presentado por el acusado y ratificó la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Balears, que le condenó por un delito contra la salud pública y una multa de 30.000 euros.
Según la resolución, el TSJIB revisó las grabaciones del aeropuerto y concluyó que “no existe confusión respecto a la titularidad del equipaje” que portaba el acusado. Además, afirmaron que el jugador “era plenamente consciente de que la maleta inspeccionada le pertenecía y que las sustancias estupefacientes halladas en su interior eran suyas, descartando cualquier hipótesis de confusión”.
En cuanto a la cadena de custodia de la droga intervenida, los magistrados indicaron que, aunque se detectaran posibles incumplimientos administrativos, esto no implica la nulidad de la prueba. El tribunal aseguró que “la cadena de custodia se mantuvo íntegra desde la incautación hasta el análisis en Sanidad”, basándose en las declaraciones de los agentes y la documentación aportada.
El tribunal también resaltó que, por la cantidad de droga y el contexto, no se trataba de un consumo personal, sino que el acusado “tenía intención de compartir las sustancias con sus invitados o personas no identificadas”. La defensa alegó que el consumo sería compartido, pero esta tesis no fue debatida en el juicio, por lo que no se admitió en el recurso.
Los jueces concluyeron que “lo más razonable es pensar que el acusado actuó con exceso de confianza”, ya que al fletar personalmente el vuelo privado con numerosos pasajeros y equipaje, probablemente creyó que no sería registrado o que las autoridades pasarían por alto la situación, debido a su condición de millonario.
Por último, la sentencia no es firme y puede recurrirse ante el Tribunal Supremo.