Lo tenía casi hecho el CB Sant Antoni, con una última posesión para ganar la eliminatoria, remontar 23 puntos de la ida y subir de categoría, a Primera, al segundo máximo escalón del baloncesto español. Pero, de nuevo, ha dejado escapar el ascenso en Sa Pedrera, como en la pasada campaña. El partido acabó en empate en el global de la eliminatoria, se fue a la prórroga y al Melilla, en el tiempo extra, le tembló menos la muñeca (93-76) y se hizo con el premio gordo. Decepción para unos, alegría para otros. Deporte. Lo mejor, la emoción y la entrega de la grada, que estaba a tope en todos los sentidos.
Lo peor para los locales es que se marcharon al descanso con un resultado de 47-29 a favor o, lo que es lo mismo, perdiendo la eliminatoria por solo cuatro puntos de diferencia y con dos tiempos por delante para hacer realidad una remontada que a priori estaba poco más que imposible. El cuadro insular parecía haber hipotecado las opciones en la ida, pero, tras la primera mitad, todo era diferente.
Con un panorama muy distinto, con un equipo, el de casa, enchufado y perfectamente conectado con una grada repleta hasta la bandera, el sueño de un pueblo y de una isla a la que le gusta el deporte de la canasta estaba al alcance de la mano. Solo había que seguir por el mismo camino, con intensidad defensiva y clarividencia en ataque.
Pero tras el 29-17 y el 18-12 de los dos primeros cuartos, la cosa se frenó en el tercero, 18-24. Ajustados los mecanismos en el descanso, el Melilla volvía a la pista con otros bríos y dispuesto a defender su ventaja. Lo consiguió y llevó el desenlace del choque y de la eliminatoria a la cuarta y última ronda, lo que incrementaba la emoción y la excitación de la grada y del encuentro.
A falta de cuatro minutos, con 78-60 en el luminoso, los ibicencos necesitaban máxima concentración, pocos errores y una pizca de suerte. Quedaba tiempo, pero no mucho. Se repetía la historia de la pasada campaña, con un final de infarto, y solo cabía esperar a ver de qué cara caía esta vez la moneda. A falta de dos minutos, un triple de De la Rúa ponía la máxima ventaja a favor de los de casa, 83-62, más 21 y todo por decidir. Y en el siguiente ataque local, tras una pérdida de los visitantes, nuevo triple del CB Sant Antoni, este de Peris, que volteaba la eliminatoria a favor del CB Sant Antoni.
Explotaba de locura el pabellón de Sa Pedrera, que veía el ascenso como algo factible. La gestión de los nervios por parte de unos y otros iba a marcar la diferencia, el ascenso y la gloria. En el intercambio de golpes, los ibicencos perdían a De la Rúa por cinco personales.
A once segundo para el final, la eliminatoria estaba empatada y los de casa tenían el balón para atacar, para ganar. Pero no aprovecharon la oportunidad, el partido se marchó a la prórroga, y, en el temblor general de muñeca de ambos en este añadido, el Melilla fue el menos malo y se llevó el gato al agua.
Tendrá que esperar el CB Sant Antoni para subir, algo que acabará llegando más pronto que tarde si el club sigue haciendo las cosas como hasta la fecha..