El juez abre juicio oral contra Matthias Kühn por obras en la mansión de Tagomago

@Noudiari/ El juez de Instrucción número 2 de Eivissa ha dictado auto de apertura de juicio oral contra el empresario inmobiliario Matthias Kühn y contra el constructor Guido Hecker por unas obras realizadas en el islote de Tagomago entre 2007 y 2008, constitutivas de un posible delito contra el medio ambiente y los recursos naturales, y de un delito contra la ordenación del territorio.

En el escrito de acusación formulado por el Ministerio fiscal contra ambos pide, por el delito contra la ordenación del territorio, un año de prisión para cada uno de los acusados, misma pena que solicita por el delito contra el medio ambiente y los recursos naturales.

En el auto de apertura de juicio oral, el juez impone las fianzas de responsabilidad civil que solicita el fiscal en su escrito, que ascienden a 20.000 euros para cada uno, y que están destinadas a garantizar las posibles responsabilidades pecuniarias derivadas de una hipotética condena y para cubrir los gastos derivados de la demolición de lo ilegalmente construido.

Obras ilegales

Según explica el escrito de acusación, «en fechas indeterminadas entre el mes de diciembre de 2007 y julio de 2008» Matthias Kühn promovió una serie de obras en el islote de Tagomago que «se llevaron a cabo sin estar amparadas por ningún tipo de licencia» y que no pueden ser legalizadas ya que según el Plan Territorial Insular de Eivissa y Formentera «en los terrenos calificados como Áreas Naturales de Especial Interés del más alto nivel de protección sólo se permitirán aquellas obras de conservación, restauración y consolidación de edificios e instalaciones existentes que no supongan aumento de volumen, siempre que no hayan sido edificados en contra del planeamiento urbanístico vigente en el momento de ser construidos».

Además, señala que los acusados realizaron movimientos de tierra, extracción de áridos y retirada de la cubierta vegetal  «sin ningún tipo de autorización».

En concreto, las obras consistieron en la pavimentación en unos 470 metros cuadrados en zonas adyacentes de la vivienda, «donde antes sólo había campo». De este total, 40 metros cuadrados «corresponden a la construcción de una rampa de piedra seca junto a los pies de la piscina» y el resto conforman una terraza embaldosada que bordea la parte posterior de la vivienda, dividida en dos niveles en una de sus áreas. También incluye un muro de cemento de nueve metros de longitud por tres metros de altura.

En el conjunto de obras sin licencia también se encuentra la construcción de un camino de piedra y cemento de aproximadamente 1,50 metros de ancho y 20 metros de largo que unía la parte trasera de la vivienda con otras construcciones. La ampliación y aumento de altura en tres filas de bloques de hormigón de la edificación destinada a proteger el grupo electrógeno y almacenamiento de combustible, también se incluye entre las obra sin licencia.

Además, los acusados construyeron un camino empedrado de unos 80 metros de longitud que une la vivienda con el camino del faro, donde antes únicamente existía un camino de tierra, y en la zona del puerto del islote, edificaron una caseta de piedra y cemento, cuyas dimensiones aproximadas son de 1,20 metros de altura, por un 1,20 de anchura y 1,50 metros de profundidad, y en cuyo interior albergaba un motocarro.

Todas las obras y actuaciones se llevaron a cabo sin el informe preceptivo de la Consellería de Medi Ambient y son constitutivos de un delito contra la ordenación del territorio y contra el medio ambiente.