Francisco Correa pagó su chalet en Ibiza con dinero desviado de la visita del Papa a Valencia en 2006

@Noudiari / El cabecilla del caso Gürtel, Francisco Correa, pagó las obras de su chalet en Punta Grossa, en la costa noreste de Ibiza, municipio de Sant Joan, con parte del dinero que fue desviado de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2016. Así lo registra el sumario de la trama, que ayer volvió a salir a la palestra en el recién estrenado programa de La Sexta ‘Malas compañías’.

Una de las empresas de Correa cobró 7,4 millones de euros por la instalación de la megafonía y las pantallas repartidas por la capital del Turia para seguir la visita del Pontífice. La factura la pagó la televisión autonómica valenciana, Canal 9, la más cuantiosa de todas cuantas se hizo cargo el ente público durante su historia. De hecho, el mes que se hizo efectivo el pago de la misma no se pudieron pagar a tiempo las nóminas de los trabajadores de la Radio Televisión Valenciana. Los trabajos realizados por la empresa Teconsa, del entramado empresarial de Correa, sin embargo, solo costaron tres millones de euros.

Con parte del dinero restante hasta llegar a los 7,4 millones de euros, Correa siguió levantando un lujoso chalet en una de las zonas más caras de Ibiza, una construcción de tres plantas y 406 metros cuadrados de superficie cuya estructura se encuentra hoy en día totalmente abandonada dentro de una parcela de 4.000 metros cuadrados con vistas al mar y escasos metros de la costa de Sant Vicent de sa Cala.

El chalet iba a contar con gimnasio y piscina y un torreón. Uno de los informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional analiza la «facturación vinculada a la casa de Ibiza», publicó en su momento el diario 20 Minutos. Correa quería una piedra especial para su chalé. La encargaba en Málaga, y de ahí debía viajar a Denia en camión y después en barco a Ibiza.

La empresa que vendía las piedras facturaba a Begar, de José Luis Ulibarri, conocido constructor burgalés e inversor en el sector de la comunicación, imputado por el pago de comisiones a la trama a cambio de contratos; y la firma Teconsa, que fue la empresa encargada de la compra de las pantallas gigantes de Valencia con motivo de la visita del Papa.

Los tejemanejes de Correa en Ibiza definen a la perfección cómo era su estilo de vida, siempre cruzando los límites de la legalidad. En la isla pagó a policías nacionales para que le vigilaran el chalé que alquilaba antes de empezar a construirse su chalet, en cuya construcción se cometieron diversas irregularidades, según publicó también 20 Minutos.

Soborno a políticos ibicencos
Además, Correa intentó comprar a políticos ibicencos para que le legalizaran estas obras. Correa adquirió el 7 de julio de 2006 una finca de 4.000 metros cuadrados en el municipio de Sant Joan de Labritja. En ellos pensaba construir un chalé de 400 metros. La finca figuraba a nombre de Osiris Patrimonial, administrada por Blanco Balin, pero quien firmó el contrato adelantando 60.000 euros fue Pablo Crespo, otro imputado. Pero un vecino alemán, Rüdiger Hoffman, destapando de este modo las irregularidades cometidas.

El Ayuntamiento de Sant Joan descubrió entonces que se había excedido la edificación permitida y decidió paralizar las obras. “Se ha jodido la puta casa”, llegó a afirmar Correa en conversaciones intervenidas por la Policía. “Allí tengo enterrados 400 millones de pesetas”, reveló Correa.