Más de 200 británicos muertos entre 2010 y 2025. Y todos fallecidos en la isla de Ibiza. Son datos del Ibestat (Instituto de Estadística de las Islas Baleares) que cita el tabloide británico Mirror quien, a su vez, cita al prestigioso periódico The Times. Ambos medios han tratado recientemente la sorprendente mortalidad de los británicos en Ibiza: mientras que The Times ha titulado su reportaje ‘¿Por qué tantos jóvenes británicos mueren en la ‘isla de la fiesta’ Ibiza?’, el Mirror apuesta por un ‘El lado oscuro de Ibiza al descubierto: 200 británicos muertos y servicios de emergencia que se enfrentan al colapso’.
¿Cómo la ‘isla de la diversión’ se ha convertido también en un destino fúnebre para tantos británicos? ¿Cómo se explica que más de dos centenares de jóvenes turistas hayan regresado a su patria dentro de una bolsa de plástico? The Times lo tiene bastante claro y sus conclusiones son obvias: “Las drogas se venden libremente y muchos visitantes mueren o resultan heridos al saltar desde los balcones de los hoteles”, y añade que “los ibicencos llevan mucho tiempo tolerando la vida nocturna, que atrae a turistas que gastan más de 3.000 millones de euros en la isla cada año. Ahora, algunos piden que se modere la fiesta”.
Por su parte, el Mirror habla del “lado oscuro de Ibiza” y recuerda que este verano han muerto seis británicos en la isla, en su gran mayoría en Sant Antoni. Señala también que Ibiza, al margen de los “glamurosos posts en Instagram” y de figuras folklóricas y frikis de la fiesta británica como el Ibiza Final Boss o el empresario Wayne Lineker, tiene también una macabra contabilidad a sus espaldas.
Citan también a la periodista Zara McDermott, que realizó en la isla el documental ‘Secrets of the Party Island’ en la que entrevistaron a un vendedor de drogas o en la que grabaron el robo de un Rolex mientras acompañaban a una patrulla de la Guardia Civil. “Cada vez que posteo algo sobre Ibiza, los comentarios se me llenan de gente ofreciéndome drogas”, comenta McDermott.
Un retrato no precisamente edificante de la isla pero que no creemos que suponga la cancelación de ni una sola reserva. Eso sí, para los amigos y los familiares de esos 200 fallecidos, seguramente cada vez que escuchen la palabra ‘Ibiza’ sentirán un pinchazo de dolor en su corazón.