La situación hídrica se agrava. Ibiza y Formentera han registrado en junio un nuevo descenso en sus reservas de agua, en un contexto marcado por temperaturas extremas y la total ausencia de precipitaciones. Según datos publicados este sábado por la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua, Ibiza baja del 36% al 34% de capacidad hídrica, mientras que Formentera se mantiene, aunque al límite, como la única unidad de demanda (UD) en situación de normalidad.
El panorama es preocupante: no ha llovido ni una sola gota en Ibiza ni Formentera durante junio, el mes más seco desde que existen registros en 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En contraste, lo normal para esta época del año serían unos 15,3 litros por metro cuadrado. En Eivissa y Formentera, el acumulado ha sido exactamente 0,0 l/m².
A esto se suma un calor inédito. La temperatura media en las islas ha sido de 25,3 ºC, con una anomalía de +3,3 ºC respecto a los valores habituales, lo que agrava la evaporación de los escasos recursos hídricos disponibles.
Actualmente, la Unidad de Demanda de Ibiza ha pasado a estado de prealerta, uniéndose a la tendencia descendente del resto del archipiélago, donde el 98,4% del territorio ya se encuentra en esta situación. Aunque Formentera resiste, su estabilidad es frágil y podría cambiar si persiste la falta de lluvias.
Desde el Govern balear se reconoce que la tendencia es claramente negativa. El índice global de la Demarcación Hidrográfica se mantiene en 0,400, igual que hace un año, pero significativamente por debajo de los niveles de 2022 (0,503), lo que confirma un deterioro sostenido del equilibrio hídrico en el archipiélago.
La conselleria advierte que, si no se registran precipitaciones durante julio, las reservas seguirán cayendo, comprometiendo aún más el abastecimiento y la sostenibilidad de los recursos, especialmente en zonas altamente dependientes como Ibiza y Formentera.