Muchas veces escuchamos hablar de plagas y de su impacto, pero resulta complicado hacerse a la idea de lo que estamos hablando realmente —salvo que seas agricultor y lo sufras directamente— hasta que una imagen desvela el alcance de los hechos. Las torcaces —una variedad de paloma salvaje— están arrasando cultivos enteros en Ibiza.
Tanto es así que se han puesto en marcha permisos especiales para que los cazadores autorizados puedan abatirlas, al encontrarse la isla en situación de emergencia cinegética. Y es que no basta con espantapájaros, envolver los árboles frutales con mallas o incluso instalar sistemas de sonido que las espantan (algo que vemos en muchos viñedos de la isla). No queda otra que terminar con ellas para que no arrasen con todo el cereal, para después alimentarse de higos, uvas y todo lo que encuentran a su paso.
El conocido cazador ibicenco Rambo Viñals ha grabado un vídeo que ha cedido a Noudiari.es en el que se pueden observar varias torcaces abatidas, con los buches a rebosar de cereales que han esquilmado de los campos. En esta batida, en un terreno de Sant Carles, en Santa Eulària, eliminaron 50 de estos pájaros, lo que da una idea de la dimensión de la plaga.
Viñals es uno de los cazadores que ha recibido un permiso especial del Consell Insular para realizar labores de control poblacional ante los daños causados por esta plaga.
“Es una locura. Cuando acaben con el cereal, irán a por las viñas y las oliveras”, advierte el cazador en conversación con Noudiari.
Los cazadores insisten en que este tipo de actuaciones no obedecen a un capricho: la fauna cinegética está causando un daño real a la agricultura ibicenca. Según afirman, la situación no es exclusiva de Ibiza: “En Mallorca se ha declarado por segundo año consecutivo la emergencia cinegética de esta ave”, recuerda.
“No se cazan por gusto, sino por necesidad”, aclara el cazador, que también alerta sobre otras especies invasoras como las serpientes, cuya expansión ha ido esquilmando las poblaciones de lagartijas, afectando también a algunas aves.
“Esto es algo muy serio y muy actual. Está afectando a nuestros campos y, por tanto, a nuestra economía local. Hay que actuar y por eso se hacen estos descastes (reducir población de plagas)”, concluye.
Así de claro lo explicaba Antonio Costa Tur, viticultor de la bodega Can Maimó, ubicada en Sant Mateu, durante una reunión en el Consell para abordar los estragos de la plaga. La bodega más pequeña y antigua de Ibiza, fundada en 1995, está pasando un momento crítico: “Somos un grupo pequeño de payeses que estamos sufriendo día a día por culpa de las torcaces”, lamentó Costa, quien relató cómo la plaga ha diezmado la producción vinícola en la isla. “En tres años hemos sufrido una bajada del 50% en la producción. No hay empresa que pueda aguantar esto”, subrayó.
Por ello el sector agrícola reclama acciones más efectivas para frenar esta crisis, ya que los métodos actuales, como la caza regulada y los sistemas para ahuyentar a los animales, continúan sin ser suficientes. “Los payeses estamos haciendo de espantapájaros todo el día y, aun así, las pérdidas son enormes”, destacó Costa Tur.
Así es. Arrasan con todo, higos ni uno…entre torcaces y gaviotas…no queda nada.