Actualmente, solo una desaladora, la de Santa Eulària, está suministrando agua a los camiones cisterna de empresas privadas que surten a particulares y empresas que no están conectadas a la red de suministro. No es mucho pero ha solucionado la grave crisis que se produjo entre los días 7 y 17 de julio, cuando, en pleno pico de demanda, las tres desaladoras de la isla de Ibiza dejaron de suministrar a la vez a estas empresas.
Durante esos 11 días, el coste de un camión de 12.000 litros llegó a alcanzar los 320 euros, según confirma Enrique Tortosa Mesa, empresario del servicio de agua a domicilio Aguasric Ibiza que en su momento dio la voz de alarma por los problemas de suministro. Eso supuso una subida de un 140% con respecto a lo normal.
La situación tensionó el mercado y la demanda de servicios turísticos pero también la economía de muchas familias de las zonas rurales que necesitan esos camiones para tener agua en casa o regar los campos. “Pero ya estamos en otra fase: desde el 18 de julio a todos mis clientes les bajé los precios y ya no cobro más por las horas de espera para cargar”, aclara el empresario. Actualmente, un camión de 16.000 litros se ofrece por 150 euros, el de 12.000 por unos 130 y el suministro se realiza principalmente desde la desaladora de Santa Eulària, desde donde se genera más del 50% del agua transportada por todos los camiones en la isla. El resto se obtiene de los pozos autorizados, como los de San Rafael o Can Guasch.
Tortosa subraya que, pese a pequeñas incidencias puntuales, la situación se ha normalizado por completo: “Cada empresa ha podido abastecer a sus clientes sin problema y estamos muy contentos de poder cargar en Santa Eulària, aunque hemos tenido que repercutir algo del coste en el precio porque son muchos kilómetros de ida y vuelta hasta allí”, admite el empresario.

El origen del conflicto se remonta a junio, cuando Abaqua (Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental) anunció la suspensión del servicio de las desaladoras para camiones cisterna, alegando averías, mantenimiento, alta demanda de agua en la isla y que, en todo caso, suministrar agua a los camiones era una medida temporal y no permamente. En aquel momento, los transportistas se vieron obligados a cargar agua solo de los pozos privados, con esperas de carga de horas, y el precio del servicio se disparó, llegando a superar los 300 euros por camión en algunos casos.
El empresario recuerda que el sector llevaba años reclamando la instalación de dispensadores en las desaladoras para poder abastecer de forma más eficiente, una medida que finalmente se implementó el año pasado. “Nos hubiera gustado que hubieran dejado las tres desaladoras abiertas, pero dentro de lo malo hemos podido trabajar bien”, concluye.
Con la reapertura de la desaladora de Santa Eulària, el suministro de agua a domicilio ha vuelto a la normalidad, evitando así que los problemas de julio vuelvan a afectar a los usuarios y al turismo residencial de la isla.
Pero todo esto se produce en un contexto global de sequía en Ibiza, con los acuíferos naturales sobreexplotados y salinizados en gran parte y tres desaladoras que operan al 100 por 100 de su capacidad, con lo que cualquier incidencia provoca desequilibrios y problemas de suministro.
Ibiza y Formentera ha sufrido en julio la mayor caída de reservas hídricas de su historia: una bajada que las deja en el 29%, el valor más bajo de todo el archipiélago. Según los datos difundidos por la Conselleria de Medio Ambiente, esto supone un descenso de cinco puntos porcentuales respecto a junio, cuando estaban al 34%, y refleja la tendencia preocupante que afecta a toda la comunidad.
En el conjunto de las Islas Baleares, las reservas hídricas se sitúan en el 43%, frente al 48% de junio y el 46% de hace un año. El descenso generalizado afecta también a Mallorca, que ha bajado del 50% al 46 %, y a Menorca, del 42% al 40%.