La familia de Maribel Escaso, la mujer de 66 años que falleció en el Camí des Novells de Santa Eulària el 13 de enero de 2024 por causas que a día de hoy se desconocen, ha presentado un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Baleares para pedir que se reabra el caso, después de que el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Eivissa decretara su sobreseimiento. En el escrito de recurso de apelación se detallan múltiples motivos por los que la familia considera que la instrucción judicial fue deficiente e incompleta, y se cometieron errores. Entre las principales denuncias figuran la negativa del juzgado a autorizar la ampliación del informe forense, la denegación de nuevas declaraciones clave de testigos, la falta de análisis de datos de telefonía móvil que pudieran identificar a las personas que se encontraban en la zona en el momento de los hechos, y una instrucción que, aseguran, ha estado marcada por “contradicciones entre informes y falta de coordinación entre los cuerpos implicados”.
El abogado de la familia solicita a la Audiencia Provincial de Baleares que reabra la causa y autorice varias diligencias: una ampliación del informe forense, las declaraciones de agentes y testigos, y cualquier otra actuación que permita avanzar en la investigación. “El cierre del caso es prematuro y deja demasiadas preguntas sin respuesta”, señala el recurso.
Una percepción que comparte la familia, especialmente la hija de la víctima, Marina Clapés, quien critica cómo se desarrolló la fase inicial de la investigación. “Para empezar, ni un juez ni un forense estuvieron presentes en el levantamiento del cuerpo”, denuncia. “No se conservaron adecuadamente las pruebas del lugar de los hechos. No hay informe de la Policía Local, que fue la primera en llegar, ni de la ambulancia, y no se tomaron declaraciones a personas que fueron clave. ¿Cómo se puede cerrar así una investigación?”, critica.
La fallecida fue encontrada en el suelo del Camí des Novells, con una herida profunda en la pierna izquierda y en parada cardiorrespiratoria. Falleció poco después, sin que los servicios de emergencia pudieran hacer nada por salvarle la vida. Inicialmente, la Guardia Civil comunicó a la familia que se trataba de un homicidio cometido con un vehículo de motor por una presunta imprudencia, como indica el atestado inicial. Sin embargo, a los pocos días comenzaron a difundirse en los medios versiones contradictorias: se afirmaba que la autopsia descartaba esa posibilidad. “Eso no es cierto”, insiste Marina. “El informe preliminar de la forense nunca descartó un atropello. Lo que dijo es que no se descartaban otras causas”, asegura.
El informe forense definitivo, fechado más de un año después de los hechos, en febrero de 2025, indica que la causa de la muerte fue un shock hipovolémico provocado por una herida inciso-contusa de grandes dimensiones en la pierna, compatible con un objeto de borde cortante aplicado a unos 40 centímetros del suelo. Esta descripción, según indicaron los cuerpos de seguridad a la familia, encaja con la altura del parachoques de un vehículo. También se recogen otros golpes en el cuerpo, como contusiones en el abdomen y el muslo izquierdo, que nunca se han explicado, y que «evidencian aún más la hipótesis del atropello», subraya Clapés.
“Cuando hablé con la forense me dejó claro desde el principio que esa herida no podía haberse provocado por una simple caída, que era la otra opción que barajaban. Que no era compatible con una piedra, un palo ni con una lesión accidental”, afirma la hija de la víctima. A pesar de ello, la instrucción judicial se cerró sin que se llegara a determinar qué provocó la lesión ni qué objeto causó la muerte.
Durante la investigación, se enviaron muestras a institutos de criminalística en Barcelona y Madrid, pero ninguna prueba resultó concluyente. El informe de criminalística recogió restos de pintura blanca en la pernera del pantalón y la chaqueta de la víctima, así como una sustancia roja por determinar. La cantidad de estas muestras no permite concluir que pertenezcan a un vehículo, pero tampoco lo descarta.
El recurso también detalla cómo las pruebas se fueron recibiendo a lo largo de más de un año, y cómo la falta de coordinación entre la Guardia Civil, la forense y el juzgado contribuyó al deterioro de la investigación. “Cada uno decía una cosa. Nadie parecía tener claro qué había pasado. La Guardia Civil decía una versión, la forense otra. Mientras tanto, las diligencias que solicitamos como familia se nos han ido rechazando”, lamenta.
Entre las pruebas no practicadas están la ampliación de testificales, el análisis de datos telefónicos en la zona, la identificación de la persona que llamó al 112 o la investigación sobre un posible vehículo implicado. “Ni siquiera se intentó localizar a un coche que pudiera haber estado ahí, ni se habló con vecinos ni se investigaron los talleres de la zona por si hubiera acudido alguno con un golpe… Ahora nos dicen que los testigos que proponemos no estaban en el lugar en el momento exacto, como si eso fuera suficiente para invalidarlos. Ellos fueron los primeros en ver a mi madre, eso es importante”, destaca.
Al día siguiente del suceso, la hija acudió a declarar, colaboró con los investigadores e hizo un seguimiento constante del caso durante los siguientes meses junto a su abogado. “Fui recibiendo con cuentagotas los informes de las pruebas analizadas, acudí en varias ocasiones a las dependencias de la Guardia Civil para saber cómo evolucionaba la investigación y las conclusiones que me llegaban seguían siendo dispares. Por eso no acepto que se archive el caso indicando que no hay delito, cuando nadie ha podido determinar a día de hoy cómo sucedieron los hechos«, subraya.
Maribel Escaso era una vecina conocida en Santa Eulària que llevaba más de cuarenta años en la isla. Salió una tarde a pasear con su perrita, como hacía a menudo, y fue encontrada herida minutos después, sola, sin testigos directos. Hoy, su familia mantiene un pequeño memorial en el lugar donde apareció y continúa luchando para que se haga justicia. “El hecho de que no hayan podido identificar a la persona implicada no significa que no exista. Queremos que se siga investigando. Que no se cierre el caso sin respuestas y que al menos reconozcan que ha podido haber otra persona implicada aunque no se haya podido identificar”, exige su hija.
La familia pide colaboración ciudadana para ayudar a esclarecer lo ocurrido. «Si algún vecino recuerda algo relacionado con los hechos ocurridos ese día, pedimos por favor que se ponga en contacto con nosotros», añade la hija de la víctima.
La Audiencia Provincial decidirá ahora si reabre un caso que, según denuncia la familia, nunca fue investigado con el rigor necesario.