El activista medioambiental Dean Gallagher, conocido en Ibiza por su lucha contra la extinción de las lagartijas autóctonas y su papel como “cazaserpientes” en la isla, ha lanzado una advertencia urgente sobre el impacto del turismo incívico en la biodiversidad local.
“Urgente: necesitamos ayuda. Las lagartijas están muriendo por la basura de los turistas”, denuncia Gallagher, tras haber encontrado varios ejemplares sin vida atrapados dentro de botellas, latas y otros residuos abandonados en zonas naturales.
Las serpientes invasoras no son, por tanto, el único enemigo de las sargantanes. Uno de los puntos más afectados es el antiguo mirador de Es Vedrà (s’Era des Mataret, en Cala d’Hort), actualmente cerrado y protegido por una valla, al formar parte de un área catalogada como reserva natural. Sin embargo, numerosos visitantes siguen accediendo ilegalmente, rompiendo el vallado y dejando tras de sí montones de desperdicios. “Incluso con señales que ofrecen alternativas y suplican a la gente que se lleve su basura, la situación continúa”, lamenta.
Gallagher recuerda que el mirador cuenta con un acceso legal y acondicionado a tan solo tres minutos de distancia, con aparcamiento e infraestructuras, lo que hace aún más incomprensible el comportamiento incívico de quienes se saltan la prohibición. “No se trata ya de estar de acuerdo o no con el cierre. Es la ley, es una reserva natural y también propiedad privada”, recalca.

La lagartija pitiusa (Podarcis pityusensis), conocida popularmente como sargantana, ha desaparecido ya en gran parte de su hábitat original y encuentra en enclaves como Cala d’Hort uno de sus últimos refugios ya que no hay tantas serpientes en estas áreas. “Estamos ante una línea roja: estas lagartijas ya están en serios problemas y la basura las está poniendo en peligro mortal. Es una tragedia que podría evitarse”, advierte el activista, mientras muestra con sus propias manos una botella con lagartijas muertas, atrapadas en su interior.
En una publicación en redes que ha querido compartir con Noudiari para darle la máxima visibilidad, Gallagher hace un llamamiento a la sociedad ibicenca y a las instituciones para reforzar la protección de la zona y concienciar a los visitantes. “Esta es nuestra isla, nuestro orgullo y nuestro hogar. No podemos permitir que se abuse de ella. Preservar estos lugares sagrados y salvar a las sargantanas es pensar no solo en el presente, sino también en el futuro”.

No es la primera vez que Gallagher advierte sobre el peligro de la basura en la naturaleza, pero ahora lanza un mensaje más radical y contundente a la vista de la realidad que se encuentra cada día que acude a limpiar la zona.
«No es turismofobia, es la realidad. Paso casi todos los días por esta zona, no hago más que llevarme basura y al día siguiente está peor y son los turistas los que la dejan así. No todos se comportan mal: he visto a un visitante español que bajaba de la Torre d’es Savinar y que se llevaba no solo su propia basura sino la que encontraba en su camino; un héroe de esa historia triste», concluye Gallagher.
Y por la basura de los ibicencos, que no somos santos.