Solo uno de cada seis jóvenes en Baleares vive fuera del hogar familiar. La tasa de emancipación cayó al 16,2 % en el segundo semestre de 2024, dos puntos menos que el año pasado. Como si se tratara de los personajes de la película ‘El ángel exterminador’ de Luis Buñuel, por más que lo intentan, los jóvenes se ven absolutamente incapaces de marcharse de casa, aunque en este caso, no es a causa de una misteriosa maldición surrealista.
El motivo es claro: la vivienda se dispara. Así, según los datos que ha presentado esta mañana el Consell de la Joventut de les Illes Balears, el alquiler subió un 9,3 % y comprar un piso se encareció un 12,1 %. El precio medio del alquiler en las islas alcanza los 1.408 euros al mes, más del salario neto de los jóvenes. Una hipoteca supone lo mismo: imposible escapar del hogar familiar.
La precariedad laboral complica aún más las cosas. Más de un tercio de los jóvenes estudia y trabaja a la vez, y uno de cada diez está subocupado. Solo el 10,9 % de quienes tienen empleo puede permitirse independizarse.
El presidente del CJIB, Pau Emili Muñoz, ha denunciado esta mañana, tras presentar estos estos, que estamos viviendo un «colapso vital» de los jóvenes de las islas y ha exigido soluciones «reales y valientes» ante una situación que considera «insostenible». «Trabajar ya no garantiza ni siquiera empezar a imaginar una vida independiente; el encarecimiento de la vivienda está expulsando a los jóvenes de su propio territorio», ha afirmado.






