La cuarta sesión del juicio por el incendio mortal y presuntamente provocado, ocurrido en una vivienda de Sant Antoni en 2023, ha estado marcada, entre otros, por el testimonio de los dos agentes de la Policía Local del municipio que fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos. Ambos describieron ante la jueza una escena que podría describirse como dantesca, con la calle llena de humo negro y las llamas saliendo ya por la fachada, lo que les impidió acceder al interior para rescatar al anciano atrapado que perdió la vida en este suceso.
Los agentes, que estaban de patrulla, relataron que recibieron el aviso a las 02:09 horas y llegaron a la vivienda apenas dos minutos después, a las 02:11. Al llegar, encontraron a numerosos vecinos en la calle “reclamándonos entrar en la casa” y alertando de que dentro quedaba una persona inválida que no podía salir por sus propios medios. Según explicaron, un vecino —el mismo que logró rescatar a la otra residente, Antonia, pareja del fallecido, por la ventana de su habitación, por la que salió también la cuidadora— les confirmó que aún quedaba una persona dentro.
“Intentamos entrar, pero las llamas ya salían casi fuera”, declararon. Los policías completaron la rotura de la puerta principal, que el vecino había intentado abrir previamente sin éxito, pero el fuego y la densidad del humo hicieron imposible el acceso. También rompieron por completo la ventana de la habitación señalada por los vecinos, pero “no se veía absolutamente nada”. Tras valorar la situación, dieron un paso atrás y coordinaron la llegada de los bomberos, con quienes mantuvieron comunicación directa.
Los agentes detallaron el orden de llegada de los servicios de emergencia: primero otra patrulla municipal, después Guardia Civil y finalmente los bomberos a las 02:25 —quienes entraron y sacaron a la víctima mortal— seguidos por la ambulancia a las 02:35. Según explicaron, su labor se centró en asegurar la zona, movilizar vehículos y facilitar el acceso a los equipos de extinción y sanitarios.
Una vez sofocadas las llamas, el cabo de bomberos informó a los policías de que el fuego parecía haberse iniciado en el garaje, donde detectó “una acumulación irregular de posible combustible, como cojines sobre la rueda de un vehículo, mantas y otros materiales”. Esta información fue trasladada posteriormente a Policía Judicial.
Durante el interrogatorio de la defensa, los agentes confirmaron que ese domicilio había requerido intervenciones policiales previas por conflictos familiares, posiblemente relacionados con el estado mental del hijo menor de la pareja.
El testimonio de los policías ha reforzado una idea que ha sobrevolado toda la sesión: sin la rápida intervención del vecino que rompió la ventana y logró sacar a la madre, pareja del fallecido, la tragedia podría haber sido aún mayor.
Hay que recordar que en este juicio se aborda el posible asesinato cometido presuntamente por I.C.N, una mujer que, al parecer, tenía una relación sentimental con el hijo pequeño de la víctima desde hacía poco tiempo y que, en cuestión de dos meses, se había «apoderado de la casa» familiar, según el relato de las dos hijas de la víctima.
Los guardias civiles que acudieron en primera instancia al lugar de los hechos describieron hoy los indicios de incendio provocado y cómo fue su intervención, complementaria a la de policías y bomberos y también asegurando la calle y la integridad de los vecinos y víctimas.






