Sin coche y sin nadie que lo quiera reparar. Todos aquellos que vieron como el pasado martes las aguas de la borrasca Ex-Gabrielle -vaya nombrecito- anegaban sus turismos y motocicletas, se encuentran ahora ante un doble problema. Por un lado, qué hacer con unos vehículos que deben afrontar una reparación muy complicada. Y segundo, a dónde llevarlos, porque no los quiere nadie.
“Nosotros habremos recibido entre 15 y 20 llamadas de personas a quienes se les ha mojado el coche y nos han pedido que se lo reparemos. Pero es que aquí ya no cabe ni un coche más. Estamos saturados”, admite Vladimir Sánchez, copropietario del taller Aranchez, en Vila: “Solo hemos aceptado tres coches y porque son de clientes de toda la vida, pero a todos los demás les hemos tenido que decir que no”.
“Se llega hasta donde se llega. Nosotros no hemos podido aceptar ninguno”, relata Javi García, jefe de Talleres García Service, también en Vila: “Falta personal, no hay profesionales, tampoco hay espacio. Si ya de normal estamos desbordados, ahora ni te cuento. Lo sentimos, pero no podemos atender a nadie más”.
Más de 1.000 vehículos -en su gran mayoría motocicletas y turismos- han sido afectados por la lluvia. Una parte de ellos presentan daños irreparables y serán declarados siniestro total, pero otra parte está pendiente de una reparación que la que, de momento, nadie puede hacerse cargo.
“Esta situación ha provocado una fuerte sobrecarga en los talleres de la isla, que no han podido asumir el volumen de trabajo, por lo que se prevé que la normalidad no se recupere hasta dentro de unos meses”, explica Francisco de la Cruz, gerente de Grupauto y vicepresidente de la Asociación de Talleres Libres, Recambios y Afines de Ibiza y Formentera, vinculada a la Pimeef. De la Cruz no se anda por las ramas: “Los talleres de ibiza están desbordados, pero esta situación ya venía de antes”.
Para el portavoz de la patronal de los talleristas, la asfixia de los talleres mecánicos de la isla tiene dos explicaciones: “Por un lado, la falta de profesionales cualificados y la ausencia de relevo generacional. Cada vez son menos los jóvenes que se incorporan al oficio, lo que ha reducido la capacidad operativa de los talleres”.
La otra sería la falta de espacio y de suelo industrial: “La dificultad para encontrar naves disponibles y los precios desorbitados hacen casi imposible abrir nuevos talleres o ampliar los existentes. De hecho, en la actualidad hay menos talleres que hace quince años”, a pesar del aumento de la población.
Así, si antes de las lluvias los plazos de espera de una reparación ya oscilaban entre los dos y los cuatro meses, con la nueva avalancha de vehículos afectados, estos tiempos se han alargado más todavía.

Un análisis que es unánime entre los profesionales del sector: “Nadie quiere trabajar en este oficio, y eso que se pagan sueldos buenos. 1.300 o 1400 euros al mes un principiante, y un mecánico bueno puede llegar a 2.500 euros al mes, y con jornada continua, pero no hay profesionales” se lamenta Vladimir Sánchez, de Taller Aranchez, quien señala que “tampoco se puede traer mecánicos de fuera porque nadie quiere venir con los precios de la vivienda de aquí”.
“Yo no he aceptado ningún coche de la dana”, admite Nicolae Negut, propietario del taller Extreme Carwash, quien señala que un vehículo sumergido tiene una reparación complicada: “Si el vehículo es viejo, casi que mejor enviarlo a la chatarra”.
“Un coche así tiene una reparación muy complicada, hay que echarle muchas horas, es un martirio, y como mucho puedes lograr que arranque y funcione, pero en pocos meses volverás a tener problemas”, explica Vladimir Sánchez.
Por lo tanto, se recomienda que ante las lluvias que se anuncian para este jueves, no dejen los vehículos en zonas inundables. Si les pasa algo, tendrán un problema de difícil arreglo.