Una semana después del episodio de lluvias torrenciales que el pasado 30 de septiembre anegó buena parte de la ciudad de Ibiza, la avenida de Santa Eulària sigue siendo la ‘zona cero’ del desastre. Los negocios ubicados junto a Ses Feixes, en una zona catalogada como inundable, tratan de recuperar la normalidad entre mangueras, fangos y montones de objetos arruinados por el agua.
Por este punto, que conecta el barrio de Es Pratet con el puerto de Ibiza, salió la enorme cantidad de agua acumulada durante la tormenta, dejando tras de sí un rastro de destrozos que aún se percibe a simple vista. Varios comercios permanecen cerrados y sus propietarios y empleados continúan trabajando a diario, sacando al exterior la mercancía dañada y los muebles, algunos completamente inservibles, mientras limpian los exteriores con máquinas de agua a presión.

La zona de los comercios de efectos navales, donde también hay un puesto de consignas, otros de rent a car y una casa de juegos, permanece cerrada al tráfico y la entrada al aparcamiento privado de Es Pratet, que tiene uno de sus accesos por esta avenida, sigue clausurada. Cuadrillas municipales se afanan en limpiar calles y alcantarillas, mientras otras brigadas contratadas por comunidades de vecinos trabajan en los sótanos de los edificios más afectados, como el conocido inmueble Cabiro, donde el agua llegó hasta el techo del garaje.

En estos espacios, los trasteros quedaron totalmente destruidos: colchones, sillas, juguetes y todo tipo de pertenencias personales se acumulan ahora a las puertas de los portales, a la espera de ser retiradas por los servicios de limpieza. “Todo está perdido, no se puede aprovechar nada”, lamenta uno de los vecinos que explica que tuvieron que echar mano de transformadores para poder tener luz durante varios días porque los contadores que están en el sótano quedaron anegados e inservibles. Ahora ya cuentan con suministro eléctrico normal.

Los coches que quedaron sumergidos ya han sido retirados, aunque los talleres de la isla se encuentran saturados y muchos afectados deberán esperar mucho para poder reparar los daños.
Los trabajos de limpieza continuarán varios días más en una de las zonas más golpeadas por las lluvias, mientras vecinos y comerciantes intentan, poco a poco, recuperar la normalidad en el corazón de Ibiza.

La amenaza que se cierne ahora son las lluvias anunciadas a partir del jueves, cuando se podría formar una DANA sobre esta zona del mediterráneo: ya se ha decretado una alerta naranja por lluvias.

