Carmen Rodríguez Masip, natural de Ibiza y formada en Diseño de producto en Madrid, ha desarrollado un innovador sistema biodegradable para replantar Posidonia oceanica en zonas del Mediterráneo, afectadas tanto por la actividad humana como por otros factores ambientales, llamado ‘Oceanides’. La idea surgió como parte de su Trabajo de Fin de Grado y, desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en una propuesta que combina ecodiseño, investigación de materiales y divulgación ambiental, con el objetivo de «frenar la regresión de esta planta marina fundamental para los ecosistemas costeros», explica Rodríguez.
El proyecto se basa en la creación de un “clavo de cultivo” fabricado con un biomaterial que combina hojas muertas de posidonia recogidas en las playas con otros elementos naturales como el maíz. Esta pieza actúa como soporte y “maceta” para semillas o esquejes, que se entierran directamente en el fondo marino. «El material se biodegrada progresivamente, aportando nutrientes al sustrato sin dejar residuos, lo que facilita un enraizamiento más eficaz y respetuoso con el entorno», señala su creadora.


Desde que finalizó sus estudios, Rodríguez ha seguido desarrollando el proyecto de forma independiente, combinando pruebas de materiales, investigación y diseño. En diciembre de 2024, su propuesta fue reconocida con el segundo premio del concurso balear de diseño de producto Art Jove 2024. “Siento que es un proyecto que está por encima de mí y que tiene que hacerse realidad”, afirma la joven, de 26 años.
Además de la vertiente técnica, la diseñadora ha creado un cuento ilustrado dirigido al público infantil, con el que imparte sesiones educativas en escuelas de Ibiza. Ya ha visitado centros como el CEIP Poeta Villangómez y la Consolación. El relato explica qué es la posidonia, por qué no es un alga, y qué funciones vitales cumple en el ecosistema: desde producir oxígeno y limpiar el agua hasta proteger las playas de la erosión y servir de refugio para decenas de especies marinas. “Si los niños entienden qué es la posidonia, es más probable que la valoren y la cuiden. Y a través de ellos aprenden también los adultos”, señala Rodríguez.

Aunque el proyecto no cuenta aún con financiación estable ni colaboradores técnicos, Rodríguez continúa desarrollándolo y confía en poder realizar pruebas en el mar este verano. Está abierta a posibles apoyos que permitan consolidar esta solución como una herramienta eficaz para la restauración marina y la educación ambiental. “Las cosas importantes llevan tiempo. Pero si podemos ayudar a reconciliar a las personas con el planeta, vale la pena intentarlo”, concluye la joven ibicenca.
Qué importante gente así para nuestras islas y qué poco se habla de ello y se promueve… Muchos ánicmos con el gran trabajo que hace por todos!!