Viaje a la isla de Guam para saber cómo será Ibiza si no se controlan las serpientes

@Luciana Aversa/La isla de Guam es el paradigma de lo que puede ocurrir en Ibiza si no se controla la invasión de serpientes. Dos millones de culebras habitan esta isla del Pacífico Norte que, con 549 kilómetros cuadrados, tiene casi la misma superficie que Ibiza. Las serpientes acabaron con todas las especies de aves de Guam, lo que ha provocado un efecto cascada que ha llenado la isla de insectos gigantes. Sus habitantes ya ni sueñan con extinguirlas. Bastante tienen con evitar que se metan en las estaciones eléctricas y produzcan apagones de luz que les cuesten millones de dólares.

Esta es sólo una parte de la información que la técnica de Medio Ambiente del Consell de Ibiza, Elba Montes, pudo recabar en su reciente viaje a Guam. Montes se desplazó en enero a la isla reconocida por Estados Unidos como territorio no incorporado, y lo hizo por sus propios medios y en sus vacaciones. Su objetivo era investigar lo que podría pasar con Ibiza si no se incrementan las acciones para detener la propagación de las serpientes, que ya ocupan «un cuarto de la isla», según explica.

Montes, ambientóloga por la Universidad de Valencia, es quien se encarga en la isla del problema de las serpientes y está realizando su tesis doctoral sobre esta invasión para «tener la máxima información para actuar contra ellas». Por ello, como estancia doctoral consideró interesante «ir a una isla donde llevan un montón de años con el mismo problema que tenemos aquí y por lo tanto también llevan muchísimos años trabajando en el control», señala.

«Fui para aprender cómo trabajan y, sobre todo, los mecanismos de control. También fui a otra isla donde no hay serpientes para ver qué mecanismos usan para evitar la entrada. Una cosa que me ha parecido muy interesante allí es ver cómo podemos acabar aquí si no se hace lo suficiente, que de momento es lo que está pasando», lamenta la ambientóloga, quien aunque como técnica del Consell puede proponer medidas para luchar contra las serpientes, la última palabra la tiene el Govern balear, que tiene las competencias a través de la Conselleria de Medi Ambient.

Actuaron demasiado tarde

Según explica, «a Guam las serpientes llegaron durante la segunda Guerra Mundial en barcos de Estados Unidos, escondidas en las cargas». «Llegaron entre los años 45 y 50, y hasta los años 90 los habitantes de Guam no actuaron. Esperaron mucho tiempo, 40 años, y cuando empezaron a actuar ya era demasiado tarde», explica Montes.

Las consecuencias de no actuar a tiempo fueron devastadoras: «Por ejemplo, las serpientes acabaron con todas la especies de aves que hay allí. Tú vas a la selva y no oyes aves, te levantas por la mañana y tampoco las oyes. Aparte de ser muy triste tiene una serie de efectos en cascada que son increíbles. La isla está llena de arañas e insectos gigantes por todos lados porque no hay aves que se coman a esos bichos», detalla.

Otro problema, apunta Montes, «es que las aves actuaban como dispersadores de semillas de plantas autóctonas y al dejar de estar ese mecanismo de dispersión natural de las plantas, el bosque autóctono está muy en peligro». «Además hay especies invasoras de plantas que hacen que sea todavía más grave. Entonces, allí el bosque nativo es muy difícil de encontrar», agrega.

En Guam, al no haber especies depredadoras, al igual que en Ibiza, «las serpientes se descontrolaron totalmente y se esparcieron por toda la isla, porque tenían mucha comida». En la actualidad se estima que la población alcanza las dos millones de serpientes.

La técnica de Medio Ambiente aprovechó el viaje para visitar Saipán, vecina de Guam e integrada también en las Islas Marianas del Norte, una isla donde las serpientes no han entrado. Allí, la universidad de Iowa está estudiando las aves y la supervivencia de árboles y de plantas. «Y ven que en Saipan, efectivamente, sobreviven de manera normal todas las especies de árboles y en Guam, no», explica.

Montes detalla que la serpiente arbórea café, es la que habita en Guam, mientras que en Ibiza hay dos especies de culebras no venenosas: la serpiente de escalera y la serpiente de herradura.

La diferencia de la serpiente de Guam es que es opistoglifa, «que quiere decir que tiene unos colmillos con veneno dentro de la garganta que le ayudan a digerir la presa». Según Montes, si bien «para un humano adulto no supone ningún peligro, a no ser que seas alérgico, sí que ha habido casos de daños a bebés, a perros y a gatos». La serpiente de Guam es nocturna y difícil de ver porque se mezcla entre la selva.

La situación en Ibiza

Aunque en Guam pasaron 40 años para que se empezara actuar, Montes explica aquí las serpientes se «vieron por primera vez en 2003, con toda la moda de traer los olivos para hacer los jardines mediterráneos», lo que significa que ya llevan 14 años en la isla.

«Por el estudio piloto que hicimos en 2014 y en 2015, vimos que la distribución actualmente es más o menos de un cuarto de la isla. En las zonas donde hay alta densidad hay muchas porque es muy fácil verlas. Normalmente es muy difícil ver una serpiente, si se ven con tanta facilidad quiere decir que hay bastantes», explica Montes.

La ambientóloga detalla también que no tiene una estimación de la cantidad de serpientes que ya hay en Ibiza, porque no tiene ni los medios ni las trampas suficientes «como para estimar la cantidad de individuos». «Y esa es la situación que tenemos ahora mismo», lamenta.

Y sí, al igual que en Guam, las serpientes en Ibiza son un peligro para la biodiversidad. Aquí se están alimentando sobre todo de lagartijas «y están acabando con la única especie endémica que tenemos, que es nuestro símbolo de identidad, y además no sé hasta qué punto se están estudiados los efectos en cascada que podría desencadenar la desaparición de esta especie», señala Montes. «Hay estudios que indican que (las lagartijas) actúan como dispersadores de semillas, lo que no se sabe es hasta qué punto su desaparición influiría tan fuertemente en la vegetación de Ibiza», añade.

Montes también advierte de que cuando las lagartijas desaparezcan, «que este es el camino que estamos llevando si no se hace algo a corto plazo, las serpientes tendrán que comer de otras cosas». «Se están alimentando de ratones y de guecos, y las aves también están dentro de la dieta», señala Montes, y recuerda que en la isla habitan la curruca balear y el virot, que son especies endémicas de Baleares y una de ellas, el virot, es una especie en extinción en Europa.

«Me entristece mucho que no se actúe más contundentemente. Ahora que no están en toda la isla es el momento de actuar. Es mucho más barato y efectivo hacerlo en la primeras fases de las invasiones, que cuando están totalmente instaladas y esparcidas por el territorio. Es ahora cuando se puede salvar a la lagartija y no después», insiste Montes.

Cuarentena y trampas, las medidas de control

Precisamente, el objetivo es que no ocurra lo mismo que en Guam, donde ya «no tienen una solución». «Allí, a lo que aspiran es a controlar que no haya un corte de tensión, porque son arbóreas y van a las estaciones eléctricas y a los tendidos eléctricos y se producen cortes de tensión cada dos por tres. Eso genera una pérdida de millones de dólares anuales», explica Montes. «Aspiran a controlar las estaciones eléctricas, con muchísimas trampas alrededor, y aspiran a controlar que no se produzcan salidas de Guam a otras islas. En zonas de interacción entre humanos y serpientes también actúan y por supuesto en la zona militar», añade sobre la zona militar que Estados Unidos tiene en esta isla.

Entre otros medios como las trampas, utilizan perros para controlar las cargas en el puerto y en Saipán, por ejemplo, tienen una barrera dentro de la zona portuaria «relativamente pequeña de 28 metros por 28 metros, donde dejan los containers que provienen de Guam durante una semana».

Para la técnica de Medio Ambiente, la cuarentena en el puerto de Ibiza para los olivos, que transportan las serpientes, sería una de las soluciones. La otra es continuar instalando trampas, «muchísimas trampas», ya que las 350 que se han instalado funcionan muy bien, «de las mejores en el mundo porque tienen una eficiencia brutal», pero todavía no son suficientes. Con las trampas también hace falta más personal para gestionar todas la serpientes que se capturen.

Montes ha recordado que la competencia para controlar las serpientes es del Govern balear. Sin embargo, la entrada de esta especie invasora por el puerto «es lo principal» y es competencia de Autoridad Portuaria. Aunque ya se ha propuesto poner en cuarentena a los olivos, desde el Govern encuentran «problemas jurídicos» para instalar una zona de estas características en el espacio portuario.

Las serpientes ya habitan el nordeste de la isla, en la zonas de Sant Joan, Sant Llorenç y Santa Eulària. «Tenemos otro núcleo en Sant Rafael, y luego tenemos la gran amenaza, el gran riesgo de que lleguen a un islote donde tenemos subespecies de lagartijas que sólo existen en los islotes. Una serpiente sería suficiente para acabar con una subespecie entera de lagartijas», advierte la ambientóloga.

La técnica medioambiental decidió viajar a Guam después de asistir a un seminario de reptiles exóticos invasores en Gran Canaria, al que también acudió por sus propios medios. Allí conoció a un integrante del servicio geológico de Estados Unidos, Robert Reed, encargado de las serpientes en Guam. Este servicio le permitió la estancia doctoral de la que regresa convencida de que hay que actuar en Ibiza antes de que sea tarde. Ahora, falta por convencer a quienes tienen la responsabilidad y competencias en el Govern balear.