El tenista murciano Carlos Alcaraz ha aterrizado en Ibiza procedente de París después de ganar su segunda Copa de los Mosqueteros de forma consecutiva en Roland Garros. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le ha dado cuatro días de descanso para celebrar la épica victoria lograda en la final ante el italiano Jannik Sinner, número uno del mundo, al que superó tras remontar una desventaja de dos sets en un choque que terminó con victoria española por 4-6, 6-7, 6-4, 7-6, 7-6 tras cinco horas y media de lucha. Y qué mejor sitio para desconectar de las presiones que emanan de las pistas y los torneos que Ibiza, donde el tenista disfruta tanto del día y la playa como del ocio nocturno y la gastronomía local.
Ibiza es para Alcaraz un destino de referencia al que escaparse varios días para rebajar las tensiones de la alta competición y en el que consigue evadirse por unos días de todo lo que representa el haber llegado y mantenerse en la cima mundial de un deporte tan exigente como el de la raqueta. Además, en la isla coge carrerilla para la próxima cita competitiva marcada en rojo en su calendario, Wimbledon, el torneo de tenis oficial más antiguo del mundo y en el que quiere volver a dejar huella y donde puede ratificar sus condiciones de 4×4, que le hacen bueno en todas las superficies.

