El grupo ecologista GEN ha enviado un escrito a la conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en la que solicita la retirada del anteproyecto de Ley Agraria, actualmente en trámite de audiencia y exposición pública. “El Govern pretende dar el tiro de gracia al campesinado, convirtiéndola en objetivo de fondo de inversión y empresas turísticas para que pase a formar parte de la sobredimensionada oferta turística de estas islas, considerando el campesinado como una actividad residual a extinguir”, aseguran en su exposición de motivos.
“Resulta realmente revelador que con el que se denomina Ley Agraria, se dicte la sentencia de muerte del campesinado en nuestras islas, en vez de tratarse de una norma que defienda el sector y su incalculable aportación a nuestra tierra en todos los sentidos”, continúan.
Según el GEN, la norma ahora en tramitación no se limita a dar la estocada de gracia al sector primario, sino que también condena los Espacios Naturales Protegidos y pone en riesgo bienes y personas siempre al servicio de la especulación. “Se da valor a los intereses por encima de las vidas humanas. Así las Áreas de Proteccion de Riesgo en rústico vuelven a ser edificables. Después de ver los feroces incendios que desata el cambio climático, totalmente incontrolables, se recupera la edificabilidad en el interior de los bosques con un articulado que se lava las manos de las víctimas que pueda causar”, aseguran.
“Las disposiciones permiten arrasar grandes extensiones de medio natural sin ni siquiera contar con una evaluación ambiental tampoco hacen ningún tipo de distinción entre islas. Las diferencias de extensión entre Formentera o Ibiza con Mallorca y el impacto que esta permisividad pueda tener sobre territorios tan limitados, no es objeto de ningún tipo de precaución ni preocupación”, señala el GEN en su escrito.
“El medio natural se trata como un enemigo a combatir en esta mal llamada Ley Agraria, hasta el punto de eliminar de la categoría de suelo rústico protegido en los parques naturales, que han sido hasta ahora el máximo exponente de la protección de los valores ambientales y que se han conseguido en muchos casos después de intensas y largas luchas sociales”, concluye.