El Govern balear y el Consell de Formentera mantienen los esfuerzos para hallar una solución definitiva al vertedero de Cap de Barbaria, que acumula aproximadamente 240.000 metros cúbicos de residuos de construcción y demolición, almacenados sin control durante más de quince años.
En una reunión reciente entre las administraciones, el conseller de Empresa, Autónomos y Energía, Alejandro Sáenz de San Pedro, y el director general de Economía Circular, Diego Viu, se coordinaron con la vicepresidenta primera del Consell, Verónica Castelló, para acelerar los trabajos técnicos en las instalaciones y avanzar en un plan de catas que identifique la composición de esos escombros y defina su destino final.
Por su parte, el Consell prepara una nueva licencia para la gestión diaria de residuos y el diseño de un proyecto sostenible a largo plazo. Uno de los primeros pasos ya ejecutados fue el cierre del área descontrolada en marzo, con el fin de frenar el crecimiento de la montaña de escombros.
Durante la visita, los responsables autonómicos inspeccionaron también la Oficina para la Transición Energética de Formentera, impulsada por el Govern para asesorar la sostenibilidad y eficiencia energética a ciudadanos, empresas y administraciones.
La urgencia por resolver este problema revela no solo un desafío ambiental, sino también institucional y estructural. La acumulación prolongada exige decisiones técnicas, legales y económicas que permitan al territorio recuperar su equilibrio y prevenir riesgos futuros.