El fútbol ibicenco está de luto. Ha fallecido a los 79 años Juan José Huedo, un hombre que fue mucho más que un árbitro: fue un pilar humano y deportivo para varias generaciones en la isla.
Empresario y colegiado durante décadas en las distintas categorías del fútbol insular, Huedo fue ampliamente reconocido como uno de los mejores árbitros que ha dado el deporte local. Pero más allá de su conocimiento del reglamento o su imparcialidad, lo que más se recuerda de él es su carácter dialogante, su cercanía y su profundo sentido de la justicia.
En una profesión a menudo difícil y cuestionada, Juan José Huedo consiguió lo que muy pocos logran: ganarse el respeto y el cariño de jugadores, entrenadores y aficionados de todos los colores. Con su estilo tranquilo pero firme, su capacidad para calmar tensiones y su humanidad dentro y fuera del terreno de juego, fue capaz de algo que roza lo imposible: dejar satisfechos a futbolistas de ambos equipos, sin importar el resultado.
Quienes compartieron con él partidos, vestuarios o charlas de campo lo recuerdan como un hombre íntegro, sereno y comprometido, siempre dispuesto a echar una mano y a aportar sensatez donde más se necesitaba. Fue, durante años, uno de esos rostros que daban identidad al fútbol modesto, al deporte como escuela de valores, al fútbol como punto de encuentro.
Hoy, el deporte ibicenco pierde a un referente, pero sobre todo, a una persona muy querida. Su huella queda grabada no solo en los campos donde impartió justicia, sino también en el corazón de quienes tuvieron la suerte de conocerle. Su silbato se apaga, pero su legado sigue sonando.
El funeral de cuerpo presente tendrá lugar el próximo lunes, a las 17 horas, en la iglesia de Sant Jordi, mientras que el velatorio empezara a las 13 horas en las instalaciones de Pompas Fúnebres Ibiza.
