Formentera se confirma como un destino único dentro de Baleares: menos turistas que en otras islas, pero mucho más rentables. La Memoria 2024 del Consell Econòmic i Social (CES), que se ha presentado esta mañana, destaca que el gasto turístico en la isla alcanzó los 452 millones de euros, un 24,2 % más que en 2003, y que cada visitante gasta de media 222 euros al día, muy por encima de la media balear (187 €).
Además, la estancia media es corta —5,1 días—, pero el gasto acumulado por turista alcanza los 1.155 euros, consolidando un modelo turístico basado en la calidad y el alto valor por estancia. Casi 8 de cada 10 visitantes son extranjeros, y el 95 % se aloja en hoteles, frente al 82 % de la media balear.
El crecimiento económico también acompaña: entre 2019 y 2024, las Pitiusas registraron un aumento del 14,8 % del PIB, la tasa más alta de Baleares, evidenciando un modelo resiliente y expansivo.
Sin embargo, este turismo de alta rentabilidad tiene su coste: Formentera presenta la mayor estacionalidad laboral del archipiélago. Entre julio y diciembre, la afiliación a la seguridad social crece un 148,4 %, concentrando la actividad laboral en pocos meses.
En lo demográfico, la isla también destaca. Formentera es la que tiene mayor porcentaje de residentes nacidos fuera de Baleares (62,8 %) y más de un 27 % de población extranjera. En agosto, la población flotante casi triplica a la residente, con un incremento del 182,8 %, el más alto de Baleares.
Formentera también lidera en sostenibilidad y medio ambiente. Según el Indicador Sintético Medioambiental, la isla obtiene 49,8 puntos, la puntuación más alta de Baleares, seguida de Menorca y Mallorca.
El Consell destaca que, a pesar de su tamaño, Formentera combina un modelo turístico rentable, un crecimiento económico estable y un entorno natural protegido, diferenciándose claramente de otros modelos balears más intensivos en volumen de visitantes.






