Investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) han encontrado tres ejemplares de nacra híbridos, mezcla de las especies Pinna nobilis y Pinna rudis, que suponen «un paso esperanzador para la supervivencia a largo plazo de la especie», según la científica Maite Vázquez-Luis.
El hallazgo se ha producido en las campañas de muestreo realizadas entre septiembre de 2023 y diciembre de 2024 para evaluar el estado de conservación de las dos especies de moluscos, ha informado el IEO, que explica que el estudio de estas especies es esencial debido a su papel ecológico en los ecosistemas del Mediterráneo.
La Pinna nobilis es una especie en peligro crítico de extinción (desde el episodio de mortalidad masiva que le afecta desde 2016) y la nacra de roca Pinna rudis, es una especie protegida. Son los mayores bivalvos del Mediterráneo y contribuyen a la biodiversidad al proporcionar refugio y alimento a numerosas especies, y realizar distintas funciones ecosistémicas que mejoran la calidad del agua, al ser filtradores.
“Proteger estas especies es preservar un patrimonio natural vital para los ecosistemas marinos y su biodiversidad”, ha explicado Vázquez-Luis, experta en estas especies y coordinadora del proyecto ‘Biodiv’.
En el marco del proyecto, los investigadores llevaron a cabo la translocación de dos ejemplares híbridos desde Menorca y Colonia de Sant Jordi al Parque Nacional Marítimo-Terrestre de Cabrera (donde se halló el tercer ejemplar), para protegerlos de amenazas directas e intentar aumentar las posibilidades de supervivencia, sobre todo en el caso del ejemplar de Mallorca que se localizó fuera del sustrato y en mal estado.
Debido a su estado, la nacra de Colonia de Sant Jordi no sobrevivió, mientras que la translocada desde Menorca se encuentra en buen estado y ha crecido, lo que indica un desarrollo sostenible en su nuevo entorno.
Las 12 campañas de muestreo realizadas en 95 puntos distintos han obtenido datos cruciales sobre la distribución, amenazas y estado de estas especies en áreas clave del litoral español, con el objetivo de diseñar estrategias efectivas de conservación. Se han llevado a cabo 279 inmersiones que abarcaron más de 149.000 metros cuadrados de superficie marina.
Para el seguimiento de los ejemplares supervivientes de la nacra Pinna nobilis en mar abierto, se realizaron 80 visitas para monitorizar a los 18 individuos localizados en puntos de Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana, incluyendo espacios marinos protegidos como el Parque Natural de Cap de Creus, la Reserva Marina de Tabarca, La Reserva Marina del Migjorn de Mallorca, la zona LIC de las Bahías de Pollença y Alcudia en Mallorca y la ZEC de Cap Martinet en Ibiza.
El hallazgo de los tres individuos híbridos nuevos «no sólo representa un paso esperanzador para la supervivencia a largo plazo de la especie, sino que también contribuye al mantenimiento de la diversidad genética de las poblaciones, un elemento clave para su capacidad de adaptación frente a futuros desafíos ambientales”, detalla la investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO.
La Pinna rudis no se ve afectada por los patógenos que generaron la mortalidad de la Pinna nobilis y «parece que los híbridos tampoco», ha destacado Vázquez-Luis en declaraciones a Efe.
En estos híbridos un 50 % del material genético es de Pinna nobilis, que de esta manera quedaría preservado.
La científica destaca además que en septiembre hará 9 años que empezó el evento de mortalidad masiva: «Que 9 años más tarde de que empezaran a morir las nacras en Baleares, se sigan encontrando ejemplares vivos, o bien puros o bien híbridos, es un haz de esperanza», teniendo en cuenta que lo que hallan los científicos es un porcentaje pequeño de lo que hay, de manera que «es posible que existan todavía más ejemplares en mar abierto que son resistentes».
Las llamadas «zonas santuario» del Delta del Ebro y el Mar Menor son cruciales para la conservación de la especie y son las únicas zonas de España que mantienen poblaciones de Pinna nobilis vivas, gracias a condiciones ambientales únicas como una salinidad distinta que parece limitar la entrada de patógenos, muy alta en el Mar Menor y baja en el Delta.
Además de evaluar el estado de los ejemplares marcados, en el seguimiento de este año en el Mar Menor, los investigadores han detectado el primer «evento de reclutamiento» desde 2016, con ejemplares nuevos. Aunque los nuevos reclutas detectados no sobrevivieron, «su aparición representa un avance esperanzador para la recuperación de la especie”, añade Vázquez-Luis.
En cuanto a la Pinna rudis, los investigadores recorrieron más de 123.000 metros cuadrados de Andalucía y Baleares para aumentar el conocimiento sobre su distribución espacial, registrando su presencia en nuevas zonas a lo largo del litoral español.
En Andalucía se han prospectado zonas de interés ecológico para Pinna rudis como la Reserva Marina de Cabo de Gata-Níjar, la ZEC de la isla de San Andrés y el Parque Natural de Maro-Cerro Gordo, obteniendo nuevos datos sobre la distribución de la especie.
Este esfuerzo, unido a información facilitada de la Junta de Andalucía y avistamientos de investigadores colaboradores, ha permitido construir una base de datos georreferenciada detallada sobre la distribución espacial de la especie, que servirá como referencia para futuras estrategias de gestión y conservación.
En Baleares se han realizado búsquedas en todas las islas. El Parque de Cabrera es un enclave crucial de conocimiento sobre los procesos demográficos del molusco, donde se monitorizan anualmente desde 2013, con el seguimiento de más de 100 individuos con altas tasas de supervivencia del 85 %.
El seguimiento a largo plazo permitirá obtener indicadores poblacionales básicos para la gestión de la especie y parámetros clave de poblaciones climácicas de entornos protegidos, destaca el IEO.
EFE