Las islas de Ibiza y Formentera se encuentran este jueves en alerta naranja por fuertes lluvias y en alerta amarilla por posibilidad de tormentas, y, por ello, el Ayuntamiento de Ibiza, donde se ubican algunas de las zonas más afectadas por las graves inundaciones del pasado 30 de septiembre, ha activado un dispositivo de prevención para minimizar los riesgos, especialmente en las zonas más vulnerables a inundaciones como son los barrios de Es Pratet y Platja d’en Bossa.
Jordi Grivé, concejal de Medio Ambiente y Limpieza de Vila, ha explicado esta mañana que, siguiendo las directrices de Emergencias del Govern, han cerrado escuelas y parques, pero también instalaciones municipales —incluyendo bibliotecas, museos, centros vecinales, de mayores y deportivos— y se han cancelado todos los actos al aire libre. Todo ello contribuye a un menor movimiento de población, coches y autobuses para prevenir riesgos.
“La ciudad cuenta con zonas especialmente inundables. De hecho, el 75% de la zona urbana de Ibiza está en estas zonas”, ha indicado Grivé, quien pone el foco en la zona de Es Pratet, cercana al puerto, que ya sufrió las inundaciones más importantes de la ciudad (junto a Ses Figueretes y Platja d’en Bossa) durante la riada del 30 de septiembre.
Para afrontar posibles emergencias, todos los medios están desplegados. La Policía local ha reforzado los turnos con cinco agentes adicionales, Protección Civil está operativa y en la calle, y el servicio de abastecimiento de Aqualia mantiene guardias con camiones preparados para desatascar imbornales si fuera necesario.
En cuanto a los parques, Grivé afirma que están cerrados pero que pondrán vallas, cintas y carteles, reforzados con la supervisión de agentes cívicos, para que la gente sea más consciente de ello.
Grivé también ha advertido sobre la importancia de la capacidad de absorción del terreno: “El grado de humedad de los torrentes es muy alto tras las inundaciones del pasado martes, por lo que absorberán menos agua que antes. Aunque no se prevén lluvias tan intensas como la semana pasada, el agua correrá con fuerza y debemos ser precavidos”, alerta.
Sobre la red de alcantarillado y pluviales, el concejal ha explicado que se han realizado trabajos de mantenimiento tras la última riada, aunque algunas zonas podrían seguir parcialmente colapsadas por restos de fango. No obstante, las estaciones de bombeo funcionan con grupos electrógenos, lo que garantiza la operatividad del sistema ante nuevas precipitaciones.
“Por el momento no ha caído lluvia significativa, pero seguimos atentos y mantendremos todas las medidas hasta que la Dirección de Emergencias desactive la alerta”, ha concluido Grivé.






