La creciente presión migratoria que sufre Baleares está poniendo al límite los recursos locales, y las instituciones insulares exigen la implicación directa de la Unión Europea y del Estado español para hacer frente a esta crisis. La sobrecarga de los servicios sociales y la falta de capacidad para atender a los menores extranjeros no acompañados son solo algunos de los problemas que evidencian la necesidad urgente de medidas coordinadas a nivel europeo y estatal.
El presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, ha sido claro al trasladar esta realidad desde Bruselas, donde ha solicitado junto a la presidenta del Govern, Marga Prohens, y otos presidentes insulares del archipiélago, el despliegue de Frontex -la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, encargada de coordinar la vigilancia y seguridad de las fronteras exteriores de la Unión Europea- para reforzar el control y la gestión de la crisis migratoria en el archipiélago.
“La presión migratoria que padecen las Illes Balears no puede recaer únicamente en los consells insulars”, ha afirmado.
Marí ha explicado la situación crítica en la isla, donde el sistema de tutela para menores extranjeros no acompañados atiende a más de un centenar de jóvenes, pero solo dispone de 40 plazas, con falta de espacio, personal y previsibilidad. “Cada nueva llegada nos sitúa al límite”, ha insistido, señalando que esta problemática no es solo económica sino estructural y organizativa.
Asimismo, el presidente ha reclamado que el Gobierno de España asuma sus responsabilidades en materia de control fronterizo, repatriación y tutela de menores, subrayando que la gestión migratoria es un problema que requiere cooperación y corresponsabilidad a todos los niveles. “Europa escucha y entiende que esto no puede recaer en una administración local. Ahora es el momento de que también lo entienda el Estado”, ha añadido.
Marí ha valorado la predisposición de la Comisión Europea durante la reunión con el comisario Magnus Brunner, quien se ha mostrado dispuesto a estudiar medidas específicas para los territorios insulares. “Europa escucha a Ibiza, ahora necesitamos hechos. El futuro del Mediterráneo depende de proteger nuestras fronteras y también a las personas y territorios que las sostienen”, sostiene Marí.