Además de padecer la depredación de las serpientes invasoras y de los gatos salvajes, la lagartija pitiusa, en peligro de extinción, tiene que lidiar con otro enemigo del que los humanos somos también responsables: la basura. Así lo denuncia el voluntario Dean Gallagher, conocido por su incansable labor en la captura de serpientes para proteger a este reptil.


«Estaba recogiendo basura por la zona de Cala d’Hort, cuando me encontré con una lata con una sargantana atrapada dentro», explica Gallagher. «No podía salir y estaba a punto de morir. Es un ejemplo del impacto que tiene el turismo masivo e incívico y la falta de respeto por la isla. Me sorprende la cantidad de basura que encontré de la gente que va a ver las vistas y la puesta de sol», reflexiona, muy apenado por el hallazgo.
Cerca del mirador, señala el voluntario, la acumulación de latas, botellas de plástico y otros restos es alarmante.
Precisamente Gallagher instala por la zona algunas trampas de serpientes para evitar su proliferación.